Advierten un rápido crecimiento del comercio informal en Posadas

La Confederación Económica de Misiones (CEM) presentó un relevamiento a través del cual detectaron 71 puestos de venta callejera ilegal en Posadas, cifra que se incrementó a 113 en septiembre. Afirman que es una de las ciudades con mayor cantidad de comercios de ese tipo en relación al número de habitantes. Consideran que esto perjudica al comercio legal. «Nuestro objetivo es que se vea la gravedad del tema, esto debería servir para que nos reunamos con autoridades nacionales, provinciales y municipales para buscar soluciones», consideró Alejandro Haene, director de la CEM.

puesteros

El trabajo presentado en la sede de la entidad empresarial consiste en un relevamiento periódico realizado en las calles con mayor actividad informal de Posadas, datos que son luego procesados por la Cámara Argentina de Comercio (CAC), entidad madre de la CEM. Durante el tercer trimestre del año, se detectó un promedio de 92 puestos de venta callejera, pero lo más notorio fue el incremento de casi 60 por ciento observado entre agosto y septiembre, período en el que el número de puestos aumentó de 71 a 113.

La zona con mayor densidad de puestos de venta callejeros es la avenida Roque Sáenz Peña, en inmediaciones a la Placita, allí el promedio es de hasta cuatro locales por cuadra. En sectores sobre las veredas de las calles Bolívar y Córdoba, en el microcentro, detectaron un promedio de tres comercios ilegales por cuadra.

Bajo el mismo esquema, se realizaron relevamientos en Ciudad de Buenos Aires, Rosario, Salta y Neuquén. Entre las ciudades referidas, solamente la capital del país supera a Posadas en materia de cantidad de puestos ilegales de venta callejera por habitante. Según el trabajo, en Buenos Aires hay un comercio de este tipo cada 1.800 personas, en Posadas uno cada 3.529, en Neuquén uno cada 4.061, en Rosario uno cada 13.174 y en Salta uno cada 15.101.

Para Haene en Posadas el problema es aun más grave porque se trata de un área de frontera. «Se produce el ingreso de productos de forma ilegal, sin el pago de los impuestos pertinentes», refirió.

El directivo de la CEM consideró que el principal problema que genera el crecimiento de los puestos de venta informales, es la competencia desleal que presentan al comercio legal «que es el que paga impuestos y genera trabajo en blanco». Argumentó que un puestero que no paga cargas ni impuestos y además vende mercadería ingresada ilegalmente al país, está en condiciones de cobrar precios mucho más bajos que una empresa que trabaje dentro de las normas. «El comerciante ‘se picha’ cuando tiene que competir todos los días con uno que no paga ningún tipo de carga. Son puestos que no están inscriptos ni en la municipalidad, ni en Rentas», argumentó.

Haene explicó que el objetivo principal del relevamiento es que se conozca la relevancia del problema. «Esperamos poder reunirnos con las autoridades de las distintas esferas públicas para discutir en búsqueda de soluciones», indicó.

Como uno de los caminos para revertir el crecimiento del comercio ilegal, propuso que se apliquen más controles. «Creemos que los puesteros tendrían que pagar una tasa por el uso del espacio físico. Si al comerciante se le cobra por tener abierto el negocio y por la cartelería ¿Porqué no se le va a cobrar a los vendedores por usar un espacio público? La idea es ir buscando la forma de que todos colaboren», dijo.

El dirigente opinó a favor de congregar a todos los puesteros en grandes locales, como la nueva placita que proyecta el Ente Binacional Yacyretá (EBY) en la zona de la cabecera del puente internacional.

 Tras criticar a los «puesteros ilegales», el representante de la CEM justificó a los comerciantes que ocupan las veredas de manera irregular. «Lo hacen porque no quieren que se le instalen puesteros. De última ese comerciante está pagando salarios en blanco y asume todas las cargas que le corresponden», argumentó.

Haene se manifestó en contra de la propuesta del sindicato mercantil de que el comercio trabaje en horario corrido, de 9 a 18 horas. «Como consumidor opino que no es fácil salir a hacer compras a la siesta en nuestro verano, especialmente teniendo en cuenta que acá está muy arraigada la costumbre de dormir la siesta, además el almuerzo es el encuentro familiar, más que la cena. Acá ya hubo una experiencia piloto y no hubo suerte», señaló.

Consideró además que hay otras formas de dar respuesta al problema planteado por el sindicato en referencia a los costos de transporte. «Si el problema es el pasaje, lo que habría que hacer es llegar a un acuerdo con las compañías de transporte para que se les cobre un diferencial a los empleados de comercio».