Stiglitz volvió a referirse a la creación de un marco legal para la reestructuración de deuda

El premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, aseguró que la decisión del juez de Nueva York Thomas Griesa, respecto al litigio entre Argentina y los fondos buitre, generó “un real problema” para las reestructuraciones futuras de deuda soberana, y reiteró su llamado a seguir trabajando para establecer la creación de un marco legal internacional que brinde soluciones al tema.

Stiglitz realizó estas declaraciones al participar hoy de un panel de altos expertos reunidos por el think tank (grupo de pensamiento) “Consejo Atlántico”, y del cual también formaron parte la embajadora en Estados Unidos, Cecilia Nahón; el director del Departamento Legal del FMI, Sean Hagan; y el titular del JP Morgan para el Grupo de Situaciones Especiales para Europa, Medio Este y África, Maarten Petermann.

En la charla dedicada a las “lecciones de las reestructuraciones de deuda”, los disertantes – que representaron a sectores diversos implicados en el tema – coincidieron en la “preocupación” que genera la situación planteada por el reclamo de los fondos buitre y las consiguientes decisiones de Griesa, y abordaron soluciones a este problema.

En la apertura de la discusión, Stiglitz sostuvo que la decisión “muy peculiar” adoptada por el juez Griesa sobre la lectura de la cláusula pari passu, generó “un real problema”.

Así, ante la falta de un sistema de bancarrota internacional para soberanos, es que fue ingresada a las Naciones Unidas una resolución que “trata de crear un estado de derecho internacional en este área”, explicó el profesor de la Universidad de Columbia reconociendo el “casi unánime apoyo de los países en desarrollo y, quizás no sorprendentemente, la oposición de Estados Unidos” a la iniciativa.

“A lo que estamos tratando de llegar es a un marco jurídico vinculante (soft law framework, en inglés)”, dijo Stiglitz sobre su propuesta en la que con la presencia de mediadores, se busca establecer normas que permitan legitimizar la forma en que son reestructuradas las deudas y donde los países mantengan su inmunidad soberana.

Al hacer mención al comportamiento de los fondos buitre, el Premio Nobel remarcó que mientras un 92% de los acreedores aceptaron ingresar en los canjes de deuda de 2005 y 2010 ofrecidos por el gobierno argentino, “un 1% fue particularmente buitre y fue a las cortes de Estados Unidos y tomó ventaja del cambio en la estructura legal de Nueva York”.

Lo que ocurrió es que “hubo un cambio en la ley que fue un regalo a los fondos buitre. No fue un regalo – se retractó el experto. Pagaron a través del lobby. Déjenme ser claro: lo compraron”, afirmó a los presentes mencionando entonces que eso los habilitó a comprar bonos “con la intención de demandar al país”.

Por su parte, la embajadora Nahón mencionó que los fondos buitre “no son inversores” sino que “son fondos específicos que hacen sus negocios y tratan de hacer beneficios injustificados obteniendo deuda que ya está en default», ejerciendo un comportamiento que afecta a nivel global tanto a soberanos como al mercado.

Si bien diferentes actores internacionales dieron pasos hacia adelante para frenar su accionar, “aún necesitamos pensar un marco legal internacional para las reestructuraciones de deuda”, adhirió Nahón en referencia al proceso que está teniendo lugar en ONU.

El asesor General y director del Departamento Legal del FMI, Sean Hagan, analizó las ramificaciones de las decisiones de Griesa y señaló que “la novedad del caso de Argentina es que los holdouts no necesitaron de activos, fueron capaces de que la corte (de Nueva York) frenara los pagos a otros acreedores” que habían reestructurado la deuda, “y usaron las bases de la cláusula pari passu para eso”.

Hagan, sostuvo que “por definición, en adelante, eso incrementará el riesgo de que tengas más holdouts” y de que los acreedores que vayan a negociar, estén “preocupados sobre si sus pagos van a ser frenados”.

“Por estas razones, es que ahora hay una preocupación”, explicó el funcionario del FMI mencionando que esta intranquilidad “no es sólo del sector de los gobiernos” sino que “el propio mercado ha estado lo suficientemente preocupado, que es quien quiere proponer nuevas cláusulas de acción colectiva para abordar este problema”.

Por último, el director Gerente y titular del JP Morgan para el Grupo de Situaciones Especiales para Europa, Medio Este y África, Maarten Petermann, abordó el hecho de que no existan leyes de quiebra para países soberanos y aseguró que las reestructuraciones de deuda soberana “son siempre un problema porque hay mucha gente involucrada”.

“Las reestructuraciones de deuda son como un divorcio. Generas el marco correcto pero siempre será un embrollo”, ejemplificó aseverando para concluir que no cree “pueda haber un marco perfecto que pueda resolver la situación”.