El gobierno de Siria aceptó el plan del enviado de las Naciones Unidas, Kofi Annan, para poner fin al derramamiento de sangre en el país, pero la oposición manifestó su desconfianza al afirmar que espera que las palabras se traduzcan en hechos. «El gobierno sirio escribió al enviado especial Kofi Annan para aceptar su plan en seis puntos, aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU», informó el vocero del ex jefe de la ONU, Ahmad Fawzi.
Esta decisión de Damasco es «una etapa inicial importante» para buscar una solución política al conflicto que, de acuerdo a la ONU, ya ha costado unas ocho mil vidas, agregó.
«Annan escribió al presidente Bashar al Assad para llamar al gobierno sirio a aplicar inmediatamente sus compromisos», precisó Fawzi.
La iniciativa, respaldada también por la Liga Arabe, incluye un alto al fuego de las fuerzas gubernamentales, la liberación de todos los detenidos de forma arbitraria y conversaciones para canalizar las demandas de democracia en un país gobernado desde 1963 por el mismo partido, según la agencia Europa Press.
Horas después, la portavoz del Consejo Nacional Sirio, Basma Kadhami, afirmó en Estambul que «existe el riesgo de que el régimen vuelva a intentar esquivar los compromisos que suponen el plan de paz».
No obstante, «nosotros nos lo tomamos en serio, pues cuando (el gobierno sirio) no se atenga (a lo pactado), entonces habrá presión del principal socio, Rusia», subrayó en declaraciones hechas en Estambul a la agencia DPA.
Una interrupción de los combates «sería un importante avance», dijo Kadhami, quien participa en la ciudad turca de una reunión de toda la oposición para coordinar una estrategia destinada a derrocar al presidente sirio, Bashar al Assad.
Por su lado, desde Seúl, donde se celebra la II Cumbre de Seguridad Nuclear, el jefe del Kremlin, Dmitri Medvedev, indicó que una eventual renuncia del presidente Al Assad no pondrá fin al derramamiento de sangre en Siria.
«Pensar que la marcha de Al Assad soluciona todos los problemas es tener vista a muy corto plazo. En este caso el conflicto probablemente continuaría», dijo Medvedev.
Medvedev calificó la misión del enviado especial Annan como la «última oportunidad» para que la violencia, que ya costó unos ocho mil muertos, no escale de nuevo en Siria.
El presidente de Rusia advirtió sobre el riesgo de crear un «escenario libio» en Siria. «En Libia no hay democracia ni ningún orden estatal. ¿Por qué deberíamos condenar a Siria al mismo destino?», preguntó.
Annan, quien se encuentra de visita en Beijing, declaró este martes, tras entrevistarse con el primer ministro chino, Wen Jiabao, que «se necesita la ayuda» del país asiático para resolver la crisis en Siria.
«No puedo hacer ese trabajo solo, necesito ayuda y apoyo, y el apoyo y los consejos de países como el suyo, por eso estoy aquí», en Beijing, declaró Annan.
El jefe del gobierno chino estimó por su parte que la declaración de la ONU llamando al cese de la violencia, votada por Moscú y Pekín, reflejaba «el elevado nivel de preocupación y el importante consenso al que ha llegado la comunidad internacional sobre el tema sirio».
Rusia y China, aliados de Damasco, bloquearon dos resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en las que se condenaba la represión del gobierno sirio y daban pie a una intervención.
El doble veto fue duramente criticado por Estados Unidos, la Unión Europea y Arabia Saudí, entre otros países del llamado bloque occidental.