Política y redes sociales ¿No nos dimos cuenta todavía del poder que tenemos?

Las redes sociales son sólo una moda”, aseguraron los primeros críticos internautas. Mirando hacia atrás, es un argumento casi ridículo, ya que se han convertido rápidamente en una parte indispensable de la estrategia digital de cualquier tipo de emprendimiento, sin distinción de magnitudes.

Más del 65 por ciento de los adultos en todo el mundo utilizan las redes sociales, en comparación con sólo el 11 por ciento de 2006, y ese número sigue en aumento. Facebook tiene más de 1.600 millones de usuarios activos, y otras están creciendo a un ritmo excepcional. En pocas palabras, las redes sociales no tienen intención de desaparecer.

Lo que pasó este domingo, en el marco de los festejos por el Bicentenario, en el Campo Argentino de Polo nos demostró que las redes no solo están en crecimiento constante sino que, por lógica, han adquirido cierto protagonismo en distintas áreas comunicacionales. Ya retomaremos el cierre de las celebraciones por los 200 años de Independencia.

Rutilantes hashtags para grandes campañas comerciales, deportivas e incluso políticas nos muestran el alcance que tienen, marcas y personalidades del mundo, a través de Facebook y Twitter principalmente. No son las únicas, el equipo del Presidente Macri sumó Snapchat a su estrategia comunicacional en marzo de este año, por ejemplo.

Y metiéndonos de lleno en el ámbito político comunicacional a través de las redes hay que mencionar al número uno, y ese es Obama. El Presidente «multimedia«, como lo conocen, se ganó gran (la mayor) parte de su popularidad y buena imagen producto de sus campañas comunicacionales a través de 3 grandes fuentes: Facebook, Twitter y MySpace. Sumó YouTube, algo de streaming, una página muy bien administrada «The White House» y ahí la rompió. Hasta llegó a hacer una parodia sobre como será su vida luego de que finalice su segundo mandato, búsquenla que no tiene desperdicio.

¿Un ejemplo más cercano? Sin animarse a tanto como el presidente estadounidense -¿quien se animaría hasta a actuar, en la Argentina de hoy?; se animan a bailar, no a actuar- es el caso del Gobernador de Misiones, al igual que muchos de sus pares. No multimedia, sin amplia plataforma (apenas Twitter e Instagram) pero si importante por la contundencia de los avisos que se dan por esas vías. Y es que vivimos una época en la que los ‘voceros’ tienen una ardua tarea: anticiparse a avisos de gobierno importantes o asumir la responsabilidad sobre las redes sociales ¿Cómo? Y a través de la incorporación de otras redes sociales.

Más allá de inauguraciones o reuniones, el anuncio más contundente que da Passalacqua cada fin de mes es el día de cobro de la administración pública. Y el mismo es vía Twitter, siguiendo la costumbre que instauró en la provincia el actual diputado nacional y exgobernador Closs. Es de ahí de donde se sirven portales de noticias y hasta el mismo equipo de prensa del mandatario. El anticipa la jugada a través de un saludo ameno, cordial, algún que otro autobombo a la buena administración y listo. Se terminaron los periodistas que buscaban la primicia; solo les queda retuitear.

¿Qué une a Obama, Macri y Passalacqua? Que los tres saben cual es el camino. Es la inmediatez, la rápida publicación y a su vez repercusión. Y el aspecto subjetivo -el más importante- lo tienen también muy claro: el joven. Si querés acaparar la atención de los jóvenes lo tenés que subir a una red social. ¿Telenoche? ¿CNN? ¿El noticiero del 12? No, los pibes seguramente se ‘prendan’ si es a través de internet. Y si hablamos de redes sociales para jóvenes, con ustedes Snapchat. Esa red social que cosecha millones seguidores en adolescentes y es la de más rápido crecimiento. Macri se avivó. Si, se avivó y la gira por Europa se pudo seguir a través de snapchat. Y así fue como los misioneros nos enteramos del encuentro del gobernador con Walter Steinmeier, Ministro de Relaciones Exteriores y vimos en vivo el momento en que Macri la presenta a Angela Merkel, sin que el mismo Passalacqua se imagine que estabamos siguiendolo en ese instante. ¿Qué portal de noticias puede anticiparse a eso?

Pero quedense tranquilos, no es el fin de los voceros. «Esperamos que la gente eche un vistazo (a Snapchat) y siga a la Casa Blanca. Es otra herramienta para comunicarnos con el pueblo estadounidense sobre lo que está ocurriendo en la Casa Blanca» dijo en su momento el portavoz de Obama, Josh Earnest. Como ven, solo habrá que adaptarse.

Ya habrán visto lo importante que son las redes y compartirán o no la opinión vertida en esta nota. Hagamos de cuenta que creemos que si, que es vital para la comunicación política interactuar en las redes sociales. Publicar eventos o actos de gobierno son esenciales para generar repercusión. Pero .. ¿si hacemos este ejercicio a la inversa? La publicación inmediata, por ejemplo de la nueva declaración de independencia de este 9 de julio de 2016, genera -lógicamente- repercusión instantánea. ¿Pero qué ocurre? Ni Messi, Ni Francisco generan aceptación total, por ende, no lo esperemos de los políticos.

Estos últimos, hasta cuando den buenas noticias recibirán críticas y les traigo una situación para que la comprendamos: durante la gira el Presidente anunció que las reuniones fueron exitosas, tanto con líderes políticos, como Merkel o el Presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk y hasta con los CEO’s de grandes empresas. Pensando en futuras inversiones, a pesar de la burocracia en el medio, es una gran noticia. Bueno, mucha gente pidió al Presidente que deje de estar tanto tiempo afuera y se preocupe por gobernar aquí.

He aquí el meollo de la cuestión: la repercusión. Ya nos metimos en este campo, sumamente complejo por cierto. Euforia, reproches, indignación y hasta bromas son las formas en que repercuten anuncios políticos por estos días, al menos en las redes sociales. Esta última crítica, que les mencioné, que han hecho a Macri -y que es sumamente válida; no soy nadie para juzgar- es una reacción ante un(os) anuncio(s) hechos por las redes. Finalmente la pregunta es ¿generó algo en Macri esta reacción? ¿Generan algo en los políticos (o sus asesores) las críticas que les podemos hacer producto de los avisos u opiniones que emitan?

Por eso esta nota se pregunta en el título si sabemos del poder que tenemos, que alcanzamos con el paso del tiempo. Si, si uno observa la historia constitucional de nuestro país nos damos cuenta de la evolución de nuestro poder a medida que avanzamos democráticamente, y siempre la ‘figura’ de ello es el voto. Sufragio que comenzó siendo cantado, luego se volvió universal (y no tanto), y que hoy hasta extendimos el límite; primero con internas abiertas y luego con el voto joven que cabe destacar, nuestra provincia fue vanguardia. Y ni siquiera ingreso en el campo de los plebiscitos o referéndums, tampoco en el de las audiencias públicas que se cumplen -a veces más o menos pero están-. Pero hay algo que está claro, cuando estas instituciones comienzan a flojear es cuando más fuerza toman las formas de reclamo alternativas (véase noticias de esta semana con las etiquetas: tarifazo, CSJN, audiencia pública, pedido de explicación al ejecutivo).

Hay que tener en cuenta algo: así como no está bien un ámbito político hermético y aislado, debemos saber que mientras más vías de comunicación abras (así como difusión o contenido compartido) más canales de críticas se obtendrán y eso es inevitable. No sabemos si a los políticos les despertamos inquietudes por cada uno de los tuits o posteos de Facebook que comentamos. Es más, ni sabemos (o creíamos saber) si los leen siquiera; lo que si podemos asegurar, puntualmente, en el de este domingo SI lo hemos conseguido.

La cosa fue así: el domingo, muy temprano, el Presidente tuiteó que «Cansado por la extenuante gira y actos, lamento no poder asistir a los desfiles de hoy. Espero que se acerquen a Palermo y los disfruten». Ustedes ya vieron la repercusión que generó esto y ya vimos también el cierre de los festejos en Palermo con él, finalmente, presente. ¿Saben cómo nos enteramos que luego asistió a los desfiles? Adivinen.

¿Qué pasó en el medio?

Hubo una infinita serie de mensajes respondiendo, a este post del Presidente hecho en las redes, con algo de repudio por no presenciar el cierre de los festejos por -nada más ni nada menos- que el Bicentenario. Es posible identificar, gracias a posts anteriores de los usuarios mismos, quienes estaban en desacuerdo con esa decisión en sí y quienes repudian el accionar del Presidente hace tiempo. ¿Por qué fue tan contundente la crítica esta vez? Porque hasta quienes han votado y acompañan este gobierno querían su presencia en ese lugar.

Si, durante la mañana del domingo se armaron inmediatamente artículos periodísticos que contaban la noticia. Información que (perdón lo repetitivo) surgió de Twitter. No lo anunció su secretario, ni su vocero, ni Marcos Peña; fue él y a través de las redes sociales. Con la fuerza de los portales y noticieros se generó una gran repercusión y se arma un revuelo donde, salvo que se realice un trabajo de encuesta serio, sería muy difícil saber como la gente se enteró primero de la decisión de Macri. Mi opinión: -que no es más que lo que me ocurrió a mí- la gente se enteró vía redes sociales y fue corriendo a Clarín o C5N para corroborar la información.

Definir que ocurrió en el medio quedará en cada uno. Lo que, humildemente, sostengo es que un equipo (no crean que en su Smartphone el expresidente de Boca tiene Instagram, Facebook, Twitter y Snapchat y lidia con cada una de las notificaciones) que tanto se preocupa en comunicar vía redes sociales y que encontró la manera de interactuar con un público joven, no puede negar la retroalimentación y ningunear las opiniones que la gente, por esas mismas vías, emite.

Ustedes saben que es propio de este gobierno reconocer sus errores y volver sobre sus pasos en varias decisiones. Varios funcionarios han reconocido a través del «estamos aprendiendo» sus equivocaciones en algunas medidas tomadas (Marcos Peña lo hizo esta semana). Por lo tanto no sabemos si es la primera vez que las opiniones vertidas en las redes logran un cambio de conducta en el actual mandatario o su equipo. Así y todo el diario Clarín, al mediodía del domingo, le dedicó una nota en la que explicaba «Por qué Macri al final decidió ir al acto» donde, lejos de reconocer las críticas a través de Twitter, hablaba de «un consejo de no asistir al mismo» por parte de Fernando De Andreis, secretario general de Presidencia. Cuenta la nota que Macri miraba el desfile militar por televisión hasta que comunica a sus asesores la decisión de participar del mismo.

Es cierto, se reivindican, reconocen errores, confiesan que aprenden sobre la marcha pero aun no quieren establecer que sus decisiones se basan -muchas veces- en lo que la gente comenta en las redes sociales.

La realidad es que éstas han generado un cambio de conducta y una vuelta atrás en una decisión realmente importante, asistir al cierre de los festejos del Bicentenario, del Presidente de la Nación. Soy reiterativo: no sabemos si ha sido la primera vez que esto ocurre (de seguro que no) pero que ha sido la demostración más clara, no hay dudas.

Por Federico Miravet, redactor y editor en VoxPopuli