Picada fatal en Montecarlo provoca un dolor que no cesa

Raquel Suche, la madre de Claudio Rothe, el niño de 13 años que murió en el acto al ser embestido por un joven que corría picadas por la avenida central de Montecarlo, en medio del llanto contó que siempre cuando salían del trabajo iban a comprar pancitos y a tomar un helado con Claudio. «Era una persona dulce», describió la madre al tiempo que expresó: «nunca, nunca me imaginé que iba a perder a mi hijo de esta manera». Dijo que no piensa en el joven, si quedará o no preso, «pienso en mi hijo y el dolor de sus hermanas, de 17 y 18 años». En medio de sollozos se preguntó «porqué no se mató ese pendejo de mierda, que salió enterito…». Por su parte la policía se resiste a hablar de picadas acerca del luctuoso hecho.

picada-tragica

Raquel contó que trabajaban los domingos en su Kiosco y al final del domingo lo llevaban a tomar un helado y luego compraban pancitos de leche en la panadería. «Tenia 13 años pero era dulce y no le gustaba salir solo. Siempre íbamos los tres y lo tomaba de mi mano, pero ese día le dijo papi quiero ir de tu lado», narró con profundo dolor Raquel quien no podo contener el llanto en ningún momento.

«No se como pasó todo, cuando vimos estaba su zapatilla en la calle y cuando miro lo veo tirado contra un paredón. Corrí lo di vuelta pero estaba su cerebro todo afuera y los ojos todo caído, la cabeza toda rota, le tuvimos que tapar la cara y no lo pudimos tocar», relató al tiempo que se mostró indignada con el accionar de este joven que mató a su hijo.

 «A vos te parece que un pibe de 13 años tiene que perder la vida por un pendejo de mierda que no tiene control», se preguntó.

Indicó que los tres iban por la vereda, no iban por la calle.

Contó que cuando lo vio a su hijo tirado lo llamaba «Nico, Nico, pero ya no daba respuestas», relató.

Asimismo dijo que es muy católica y siempre creyó que las cosas pasan «cuando es la hora. Pero ahora no entiendo. Porqué no se mató este pendejo de mierda, que salió enterito», expresó.

Respecto a quien chocó a su hijo dijo que solamente sabe el nombre, y que su padre trabaja en la cooperativa. Contó que cuando pasó el choque el joven salió del auto gritando «yo no tomo alcohol».

Raquel dijo que no piensa en el joven, si quedará o no preso, «pienso en mi hijo y el dolor de sus hermanas, de 17 y 18 años y los tíos y abuelos. Yo creo que si sale su conciencia le va a pesar», expresó.

Por su parte el subcomisario, Roberto Pérez, prefirió no utilizar el término «picadas» pero admitió que tres jóvenes circulaban a alta velocidad por la avenida principal, y que momentos previos al hecho fueron objeto de denuncia de vecinos por ruidos molestos.

Asimismo, admitió que la intendente de la localidad, Elba Auzmendi, alertó a la comisaría ante la denuncia de vecinos por ruidos molestos a las 21 horas. La muerte del chico de 13 años fue aproximadamente a las 22:45 horas. 

«Nos constituimos en el lugar y constatamos que había tres jóvenes escuchando música muy fuerte, pero ellos accedieron a bajar el volumen».

Acto seguido, admitió que esos jóvenes, todos mayores de edad que manejaban el auto de sus padres y que son conocidos en el pueblo, circulaban a alta velocidad por la avenida Libertador.

Después de la muerte del niño, la policía tomó declaración a los acusados, y aguarda los resultados del test de alcoholemia y el de la velocidad a la que iban los autos.