Israelíes y palestinos iniciaron en Washington la primera negociación directa en 20 meses y acordaron volver a reunirse cada dos semanas de aquí en adelante, un proceso con múltiples intentos fallidos en las últimas dos décadas pero que Estados Unidos confía en coronar esta vez con un acuerdo de paz en un año.
Un día después de reunirse con el presidente estadounidense, Barack Obama, el presidente palestino, Mahmud Abbas, y el primer ministro israelí, Benjamin Natanyahu, se sentaron hoy cara a cara durante más de dos horas, luego de una apertura formal del diálogo junto a la secretaria de Estado Hillary Clinton.
Netanyahu y Abbas tuvieron una discusión productiva y acordaron volver a reunirse el 14 y 15 de este mes en Medio Oriente y luego celebrar encuentros cada dos semanas, dijo el enviado estadounidense para Medio Oriente, George Mitchell.
Más temprano, antes del inicio de las discusiones a puertas cerradas, Clinton instó a las partes a hacer las concesiones necesarias para lograr la paz.
«No podemos y no vamos a imponer una solución» dijo Clinton, flanqueada por ambos líderes, todos sentados frente a una mesa en un ornamentado salón del Departamento de Estado.
«Sólo ustedes pueden tomar la decisión necesaria para alcanzar un acuerdo hacia un futuro de paz para los israelíes y palestinos», agregó Clinton, reiterando la vieja fórmula de que la única solución al conflicto de décadas es la creación de un Estado palestino que viva en paz con su vecino Israel.
En su encuentro privado, ambos líderes acordaron que sus conversaciones son muy delicadas y que mantendrán la privacidad sobre lo discutido, dijo Mitchell a los medios presentes, entre ellos Télam.
Ambos acordaron que estas negociaciones pueden ser completadas en un año y que el objetivo de las mismas es resolver los principales problemas», prosiguió el enviado.
Para ello, no obstante, convinieron en lograr primero «un acuerdo marco» que establezca los compromisos fundamentales necesarios para firmar una solución de paz en un año, agregó Mitchell. Junto a Clinton y frente a la prensa, Netanyahu sostuvo que «una paz verdadera será alcanzada sólo con concesiones mutuas por parte de los israelíes y palestinos», mientras que Abbas expresó su «compromiso» con el proceso, y dijo que los palestinos trabajarán para «traer paz y seguridad a toda la gente de la región».
Pero ambos líderes también aprovecharon la ocasión para formular sus exigencias inaugurales.
«Esperamos que ustedes estén preparados para reconocer a Israel como el Estado nación del pueblo judío», dijo Netanyahu, en referencia a una cuestión espinosa, ya que Abbas teme que este reconocimiento mine su reclamo de retorno de los refugiados palestinos que dejaron sus tierras cuando se creó Israel, en 1948.
Luego de dos ataques extremistas palestinos en Cisjordania cometidos esta semana, el premier israelí reiteró que cualquier acuerdo de paz deberá tener en cuenta «la necesidad de seguridad de los israelíes».
Abbas se mostró de acuerdo en la cuestión de la seguridad.
La «seguridad es esencial y vital tanto para nosotros como para ustedes, y no aceptaremos que nadie haga algo que dañe su seguridad o la nuestra», señaló el presidente palestino.
Pero también presentó sus exigencias respecto a las colonias de Israel en Cisjordania y al bloqueo israelí a la Franja de Gaza, los territorios donde Abbas y en general los palestinos quieren establecer su Estado, con Jerusalén este como Capital.
Israel capturó ambos territorios y anexó Jerusalén este en la llamada Guerra de los Seis Días en 1967, y aunque se retiró de Gaza en 2005, conservó sus asentamientos cisjordanos y advirtió que nunca cederá el sector oriental de la ciudad sagrada, donde los árabes son mayoría sobre los israelíes. «Lamamos al gobierno de Israel a avanzar en su compromiso de finalizar todos las actividades de asentamiento y levantar completamente el embargo en la Franja de Gaza», dijo Abbas.
Israel controla férreamente los ingresos y egresos de personas y mercancías hacia y desde la Franja de Gaza desde que el movimiento islamista Hamas conquistó la región costera y echó a Cisjordania a sus rivales de Al Fatah, las fuerzas leales a Abbas.
Hamas no reconoce el derecho de Israel a su existencia y se opone a las conversaciones de paz.
El movimiento islamista reivindicó un ataque a tiros que el martes mató a cuatro israelíes cerca de la ciudad cisjordana de Hebrón.
Netanyahu, que encabeza una coalición de partidos nacionalistas contrarios a las concesiones a los palestinos, también enfrenta presiones de sectores radicales opuestos al diálogo.
El consejo que nuclea a los colonos de Cisjordania rechazó, ayer, la reanudación de las negociaciones.