Una encuesta realizada a casas con niños, niñas y adolescentes reveló el dato de que un millón de ellos se van a dormir sin cenar. Sin embargo, si se incluyen a aquellos que se saltean alguna de las comidas durante el día, esa cifra se eleva a un millón y medio.
Según el estudio, los adultos que viven en esos hogares y que en muchas ocasiones priorizan que sus hijos se alimenten salteándose ellos la comida, son 4.5 millones. En cuanto a la alimentación, unos 10 millones de niños comen menos carne y lácteos en comparación con el año pasado por falta de dinero.
Los datos surgen en el marco de la campaña “El hambre no tiene un final feliz” que convocó a la sociedad a reducir esta realidad y colaborar con una donación mensual. Rafael Ramírez Mesec, nuevo Representante de UNICEF en Argentina, afirmó que el objetivo es «sensibilizar a la población sobre la realidad que viven miles de chicos y chicas en el país».
En este contexto, la agencia compartió un spot protagonizado por una madre con su hijo para reflejar la situación y representar a miles de familias de distintos puntos del país que se encuentran en situación de vulnerabilidad y a quienes se busca resguardar.
Las políticas y la protección de los recursos presupuestarios dirigidos a la niñez son indispensables para dar una respuesta a los niveles de pobreza que afectan a hogares donde viven niños. Ramírez Mesec, se refirió a eso y señaló: «Los incrementos otorgados por el Gobierno a la Asignación Universal por Hijo, al Apoyo alimentario del Plan 1.000 días y la Prestación Alimentar van en la dirección adecuada para proteger ingresos en este contexto».
Desde 2016, UNICEF, en cumplimiento de sus planes de trabajo con el Gobierno Nacional, publica monitoreos de la situación de la niñez y adolescencia. En esta ocasión, bajo el hashtag #CambiaElFinal, la organización busca contribuir en los programas que se llevan adelante en el país apoyando nutricionalmente a personas en situación de vulnerabilidad al desarrollo de instrumentos clave.