Mueren 35 personas en ataque con bomba en mayor aeropuerto ruso

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Un suicida con bomba causó el lunes la muerte de al menos 35 personas en el mayor aeropuerto de Rusia, reportó la televisión estatal, en un atentado que lleva la marca de militantes que luchan por un Estado islámico independiente en la región del norte del Cáucaso. El presidente ruso, Dmitry Medvedev, prometió perseguir y castigar a quienes están detrás del ataque, que también dejó a unas 150 personas heridas, incluyendo extranjeros, durante una tarde movida en el aeropuerto Domodedovo de Moscú.

Los rebeldes prometieron aumentar su violenta campaña en el corazón de Rusia en el 2011, atacando blancos importantes para la economía y el transporte. También lanzaron amenazas contra los Juegos de Invierno 2014, programados para ser celebrados en Sochi, región que algunos militantes consideran «ocupada».

El denso humo ocupó el hall de ingreso de la terminal y se observó fuego a través de una pared.

«Los conductores de taxis que hacían fila en el área de arribos volaron (por la explosión). Quedamos cubiertos con partes de sus cuerpos y yo no escucho bien del oído izquierdo», dijo a Reuters Artyom Zhilenkov, de 30 años, mostrando los pedazos de carne humana que tenía sobre su ropa.

Gotas de sangre estaban esparcidas por la pista cubierta de nieve fuera de la terminal de llegadas, donde la agencia de noticias Interfax informó que se encontraron las huellas de la metralla.

«Escuché una fuerte explosión (…), pensamos que alguien había dejado caer algo. Pero luego vi víctimas siendo sacadas afuera», dijo a Reuters una asistente de chequeo de pasajeros que dijo llamarse Elena en el aeropuerto Domodedovo, situado a unos 22 kilómetros al sureste de Moscú.

La oficina del fiscal informó que la bomba había sido clasificada como un ataque terrorista, el peor desde marzo del 2010, cuando dos atacantes suicidas mujeres de la volátil región de Daguestán detonaron sus explosivos en el metro de Moscú provocando la muerte de 40 personas.

«La explosión probablemente fue perpetrada por un atacante suicida», declaró. La televisión estatal reportó que el ataque fue obra de un «smertnik», o atacante suicida.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, condenó el ataque, calificándolo como un «atroz acto de terrorismo contra el pueblo ruso», según un comunicado leído por el portavoz de la Casa Blanca Robert Gibbs, quien dijo que su país está listo para ofrecer cualquier tipo de asistencia que Moscú requiera.

El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, dijo que estaba conmocionado, informó la televisión estatal.

Una década después de que las fuerzas federales expulsaron a los separatistas del poder en Chechenia en la segunda de dos guerras, la región predominantemente musulmana del Cáucaso del Norte sigue inmersa en la violencia.

Medvedev, quien definió a la insurgencia en el Cáucaso del Norte como la mayor amenaza para la seguridad rusa, escribió en Twitter que «la seguridad será reforzada en los mayores centros de transporte».

«Lamentamos las víctimas del ataque terrorista en el aeropuerto Domodedovo. Los responsables serán perseguidos y castigados», agregó.

El presidente retrasó su salida a Davos para el Foro Económico Mundial después del atentado, dijo el Kremlin. Tenía previsto viajar a Suiza el martes para pronunciar el discurso de apertura en el foro.

Ningún grupo se ha adjudicado hasta ahora la responsabilidad por el ataque, pero decenas de usuarios de Internet, escribiendo en ruso, condenaron el ataque suicida en el sitio islamista no oficial kavkazcenter.com.

La bolsa de valores rusa MICEX cayó casi un 2 por ciento tras conocerse la noticia de la explosión, pero operadores dijeron que esperaban que el impacto fuera pequeño en el largo plazo.

«(La explosión) está moviendo al mercado en el corto plazo, pero no hay razones fundamentales para que caiga. Si recuerdan, el mercado no reaccionó fuertemente (a explosiones previas)», declaró el operador Alexei Bachurin, de Renaissance Capital.

El ataque levantó interrogantes sobre la eficacia de la seguridad en Rusia, un mes después de que el país fue elegido para organizar el Mundial de Fútbol del 2018.
Usuarios de Twitter publicaron imágenes tomadas con teléfonos móviles de decenas de personas tiradas en el piso mientras una columna de humo salía de la zona de equipaje de la terminal y una pared se prendía fuego.

Personal del aeropuerto fue mostrado usando linternas para entrar a la caótica escena grabada inmediatamente después de la explosión. Videos posteriormente mostraron a trabajadores de emergencia sacando a heridos en camillas.

El primer ministro, Vladimir Putin, que comparte el poder en un «tándem» con el menos influyente Medvedev, puso en juego su reputación política al intentar combatir a los rebeldes en el Cáucaso.

Putin lanzó una guerra a fines de 1999 en Chechenia para derribar al Gobierno secesionista. La campaña logró su objetivo inmediato y le ayudó a ganar la presidencia meses después. Pero, desde entonces, la insurgencia se ha expandido a las áreas vecinas de Ingushetia y Daguestán.

«La explosión en Domodedevo consolidará la visión entre la elite rusa de que Putin está perdiendo el control de la seguridad en la capital, lo que favorece a sus enemigos», dijo Glen Howard, presidente del instituto de investigación estadounidense Jamestown Foundation.

Analistas creen que los rebeldes están planeando intensificar su campaña violenta mientras el país se prepara para las elecciones presidenciales del 2012.

«Es un claro golpe contra los FSB (Servicios de Seguridad Federal) y contra las elecciones», opinó Adil Mukashev, un experto independiente en temas de terrorismo.

La seguridad ha sido reforzada en otros dos aeropuertos de Moscú, que recibirán a los pasajeros desviados que volaban hacia Domodedovo, informaron medios locales.