«Fue feísimo ver a ‘Leo’, que es el mejor jugador del mundo, de esa manera. Estaba destrozado, con un llanto sin consuelo. Nunca lo había visto así», relató el volante de Lazio de Italia y del seleccionado nacional, Lucas Biglia.
El mediocampista del seleccionado argentino reveló hoy que Lionel Messi «estaba destrozado y sin consuelo» después de perder la final de la Copa América ante Chile por penales, en el Estadio Nacional de Santiago.
El futbolista de Lazio de Italia, compañero del rosarino desde hace una década cuando se consagró campeón mundial juvenil en Holanda 2005, admitió que «nunca» vio al astro con un estado de ánimo tan golpeado como el que mostró el sábado pasado.
«Fue feísimo ver a ‘Leo’, que es el mejor jugador del mundo, de esa manera. Estaba destrozado, con un llanto sin consuelo. Nunca lo había visto así», relató en una entrevista concedida al canal TyC Sports.
Biglia, de 29 años, aceptó que si Messi necesita un descanso del seleccionado argentino «muchos jugadores lo van a apoyar», pero se mostró intransigente ante una eventual renuncia: «De ninguna manera puede dejar la Selección».
Luego, lamentó las críticas recibidas por el crack y se preguntó: «¿Por qué en Argentina no podemos disfrutar de tener al mejor del mundo y no sabemos cuidarlo como lo hacen en Barcelona?».
El volante central dimensionó como «un dolor muy grande» la frustración de una nueva final perdida a menos de un año del subcampeonato del mundo en Brasil y confesó que Javier Mascherano, referente del plantel, dijo ‘hasta acá llegué’, después de la consagración chilena.
«Fue una calentura del momento», descontó Biglia en relación al ‘Jefecito’, que esta semana aclaró a través de una carta que todavía no tomó ninguna determinación sobre su futuro en el seleccionado nacional.
El ex jugador de Argentinos Juniors e Independiente comentó más tarde la imposibilidad de salir de su casa tras la final perdida en Santiago.
«No lo hago para no cruzarme con alguien que pueda decir algo, de mi o algún compañeros, y no caiga bien. A uno le corre sangre», graficó como justificativo de una eventual reacción.
«Queríamos ganar la final, sabíamos lo que significaba para nuestro pueblo ese partido, por eso tanto dolor. Va más allá del resultado futbolístico, nosotros escuchamos todo lo que se habló en relación al partido y a la historia de los dos países, no estuvimos ajenos a todo eso», asumió.
Pero esa razón, Biglia reconoció que se trató de un golpe mayor a la final perdida el año pasado en Brasil. «El consuelo del Mundial fue saber que perdimos contra una gran selección como Alemania y que llegábamos de un desgaste muy grande contra Holanda en semifinales», concluyó.