Cientos de miles de personas volvieron a tomar este domingo las calles en España en rechazo a la reforma laboral del gobierno de Mariano Rajoy, que abarata y facilita los despidos, en una nueva jornada de protesta que permitió a los sindicatos mostrar su fuerza de cara a la huelga general del 29 de marzo. «Más de un millón y medio de personas se han volcado en la protesta en toda España, en 60 ciudades», aseguró el secretario general del sindicato Comisiones Obreras (CCOO), Ignacio Fernández Toxo, al cierre de la marcha de la capital, en la madrileña Puerta de Alcalá.
Bajo el lema «No a la reforma laboral inútil e ineficaz, defiende tus derechos y los servicios públicos», medio millón de personas marcharon en Madrid, la manifestación más multitudinaria, según los sindicatos CCOO y la Unión General de Trabajadores (UGT). La delegación del gobierno, en cambio, rebajó la cifra a 30.000 personas.
De la marcha también participó el movimiento de los «indignados» o 15-M, que coreaba alguna de sus ya famosas consignas como «Lo llaman democracia y no lo es» o «la lucha continúa, cueste lo que cueste».
La otra gran protesta tuvo lugar en Barcelona, donde 450.000 personas, según los sindicato, -17.000 de acuerdo con la policía- participaron de la marcha detrás de una gran pancarta con el lema «Ni reforma laboral ni recortes».
En la manifestación de la capital catalana confluyeron desocupados, trabajadores del sector de la educación y el sanitario así como obreros afectados por despidos masivos, como los empleados de la empresa de cables Prysmian.
«Somos las primeras víctimas de la reforma laboral de Rajoy, 95 familias que estamos en la calle por el cierre de una empresa que tenía beneficios», explicó a Télam Francisco Infante, delegado sindical.
Por su parte, Toni Martínez, un profesor con 22 años de docencia, aseguró que los recortes destrozarán el sistema público de educación. La huelga general es más que necesaria.
En Valencia, Sevilla, Galicia y el País Vasco también hubo grandes protestas, aunque la participación no superó las 100.000 personas.
«Huelga, huelga, huelga general», corearon los manifestantes a lo largo y ancho del país.
Ha sido la segunda jornada de movilización contra la reforma laboral del gobierno de Rajoy, que los sindicatos califican como «la más regresiva de la democracia».
La participación, que las centrales obreras consideraron un éxito, fue también una demostración de fuerza para la huelga general convocada para el 29 de marzo.
Las primeras movilizaciones, que fueron multitudinarias, tuvieron lugar el pasado 19 de febrero, pocos días después de que la reforma fuera aprobada por decreto.
El jueves pasado, el Congreso de los Diputados convalidó la medida y al día siguiente los dos grandes sindicatos del país, CCOO y UGT, convocaron la huelga general de 24 horas, aunque tiraron la pelota al tejado del gobierno, que podría evitar la medida de fuerza si cede a las exigencias de los sindicatos.
Por ese motivo, Toxo advirtió este domingo a Rajoy que aún tiene todo un mes por delante para abrir una mesa de diálogo para introducir las propuestas sindicales a la reforma, pero que de no ser así «habrá más conflicto, la movilización no terminará el 29 de marzo».
Por su parte, el líder de UGT, Cándido Méndez, sostuvo que el gobierno tiene que «corregir en profundidad la reforma para evitar la huelga general». Además, para alentar la participación de los ciudadanos en la cita del 29 de marzo, el líder sindical afirmó que «solo hay que tener miedo al propio miedo».
«En este envite se la juega la sociedad española», remarcó Méndez, al tiempo que indicó que la reforma laboral del PP le va a costar al país «un millón de parados (desocupados) más».
Las movilizaciones, convocados por los dos grandes sindicatos de España, coincidieron con el octavo aniversario de los atentados islamistas del 11 de marzo de 2004, lo que suscitó el rechazo de una de las asociaciones de víctimas y del gobierno del derechista Partido Popular (PP).
En su intervención al final de la protesta y tras el minuto de silencio en recuerdo de la tragedia, Toxo recordó al gobierno del PP que «nadie tiene el monopolio del dolor y las víctimas».
Tanto el líder de CCOO como su homólogo de UGT, Cándido Méndez, participaron este domingo por la mañana del homenaje celebrado en la Puerta de Atocha por la Asociación 11-M Afectados de Terrorismo, que reúne al mayor número de miembros.
En tanto, la «número dos» del PP, María Dolores de Cospedal, aseguró en un acto político en Jaén, que «no es el momento de huelgas y manifestaciones porque «las cosas están bastante mal», al tiempo que criticó a los sindicatos por querer «opacar el día de la víctimas»
La reforma laboral es presentada por el Ejecutivo como pilar de una política económica que tiene como objetivo combatir el elevado desempleo, que afecta a 5,3 millones de personas, casi el 23% de la población activa, y revertir la situación de recesión ante un horizonte de contracción el PIB del 1,7% para este año.
Pero los sindicatos, y la oposición, tanto el Partido Socialista (PSOE) como los grupos de izquierda, que participaron este domingo de las manifestaciones, afirman que la reforma instaura el despido a bajo coste y sin control, sumado a la posibilidad de que los empresarios pueden rebajar sueldos de forma unilateral, lo que en actual contexto de crisis traerá más desempleo y precariedad laboral.