Lobby empresario empuja a la Nación y arrasan con la soberanía alimentaria provincial

La Secretaria de Agricultura Familiar de Misiones, Marta Ferreira, manifestó su rotundo rechazo al convenio firmado a mediados de diciembre último entre la Secretaría de Gobierno de Agroindustria de la Nación y la Asociación Maíz y Sorgo Argentino (Maizar), que impulsa la producción de maíz modificado genéticamente. De hecho ya comenzaron las primeras pruebas en el norte misionero (San Pedro y San Antonio).

Jerónimo Lagier, delegado de Agricultura Familiar de la Nación, argumentó a favor del proyecto a, decir que «hace años se produce en Misiones.» De paso, el funcionario nacional, en línea con sus jefes, criticó al productor misionero que «destruye suelo».

Lagier explica que «hay un paquete tecnológico disponible para hacer sustentable la cosecha de maíz. Quien lo está haciendo le va bien, falta mercado», para hacer una particular comparación: «Vayan a Santa Catarina y vean el bienestar de esos productores. Uno de cada 10 cerdos del mundo es de Brasil, cuatro de cada 10 pollos del mundo es de  Brasil. Acá tenemos capuera.”

Marta Ferreira, por el contrario, asegura que “esto atenta contra el esfuerzo de los agricultores que buscan darle valor a técnicas agroecológicas, cuidando del suelo (organismo vivo), la biodiversidad y el ser humano, a los fines de garantizar producciones saludables para todos, así como contra las políticas provinciales para el sector establecido en las Leyes de Agricultura Familiar (ley VIII-69) y la ley de fomento a la Producción Agroecologica (ley VIII-68)”, indicó la funcionaria.

La funcionaria provincial señaló que durante años «se trabajó en el resguardo de maíces criollos y Avachi Mbyá, por lo que vamos a continuar trabajando en los bancos de semilla, rescatando las variedades que están adaptadas a nuestra suelo y trabajando en el proceso de mejoramiento de las condiciones de producción y conservación de las mismas para garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria”.

Recordó Ferreira que “las legislaciones provinciales que avalan la producción agroecologica: Ley VIII – N.° 68 de Fomento a la Producción Agroecológica, aprobada en la Cámara de Representantes de la Provincia de Misiones, que considera a esta producción como el conjunto de prácticas basadas en sistemas agrícolas sustentables y tecnologías apropiadas, que respeten la diversidad natural y social y la diversificación de cultivos sin la utilización de insumos químicos. Además, Ley VIII-N°69 de Agricultura Familiar, que sostiene que deben llevarse a cabo acciones específicas para los pueblos originarios y sus comunidades, reconociendo sus técnicas, semillas, cultivos y saberes ancestrales, al mismo tiempo de promocionar el acceso a semillas nativas y criollas como prioridad en planes y programas productivos.”

Sostuvo entre otros argumentos de oposición que “el Decenio de la Agricultura Familiar promulgado por la ONU (2019-2025) y la aprobación de los Derechos Campesinos, nos da toda la fortaleza para consolidar las políticas provinciales señaladas en las leyes”. Y subrayó: “Para lograr la soberanía alimentaria, las semillas criollas y nativas son esenciales. Sin ellas, sería muy difícil poder continuar dando pasos acertados hacia nuestra independencia alimentaria. Estas semillas son, además, esenciales para la conservación de nuestra biodiversidad”.

La Nación defiende la utilización de los herbicidas, ya que “los transgénicos consumen mucho menor cantidad de herbicidas o biocidas de cualquier tipo por hectárea plantada”.

Sin embargo, Ferreira puntualizó que “Los transgénicos son incompatibles con la Soberanía Alimentaria”, en la que trabaja Misiones desde hace varios años.

Al argumentar a favor de este programa en marcha, Jerónimo Lagier criticó a todas las administraciones que ejercieron el gobierno provincial, adjudicándoles responsabilidades por el resultado de ausencia de políticas agrarias. Para ello apeló a un documento que hizo público: «“Desde la Nación se está proponiendo un modelo de desarrollo territorial y económico que permita recuperar la rentabilidad para el agricultor misionero. La falta de rentabilidad en el sector agropecuario provincial es lo que ha ocasionado el desastre de tener casi medio millón de hectáreas cultivables en abandono, sin uso alguno. Son los propios productores que, ante la nula rentabilidad, dejan de explotarlas. Eso, en una provincia que posee índices de pobreza de los más altos del país, es directamente un crimen. El agro misionero está por esta razón expulsando colonos de sus chacras todos los días. Sólo van quedando los más viejos. Los jóvenes se van a las ciudades y muchos terminan viviendo sólo de planes, sin trabajo y hasta en condiciones de indignidad, mendigando a las autoridades locales el acceso a una vivienda o a un terreno.»

Desde la Secretaría de Agroindustria de la Nación y la Asociación Maíz y Sorgo Argentino (Maizar) promueven el desarrollo del cultivo de maíz de alta productividad en Misiones y el noreste de Corrientes, para “alcanzar el autoabastecimiento de alimentos balanceados de mejor calidad y mejores rindes para los pequeños productores, facilitando también así iniciar la comercialización de su producción con Brasil en un futuro mediato”.

La Nación busca generar una zona exportadora de maíz, especialmente a  Santa Catarina (Brasil), que importa aproximadamente un millón de toneladas desde Paraguay, en tanto otros tres millones de toneladas llegan desde el Mato Grosso.

El objetivo de la Nación es sembrar entre 125.000 y 250.000 hectáreas de transgénicos en Misiones para producir 1.000.000 de toneladas en una década y abastecer una demanda brasileña de 4.800 toneladas diarias. Hasta 2015, Misiones tenía solo 30 mil hectáreas cultivadas de maíz.

En los papeles la Nación propone un plan ambicioso, aunque con una grave falencia: no consideró el interés provincial, la legislación vigente y menos aún que Misiones lleva pocos meses de ser declarada capital nacional de la Biodiversidad, justamente por resistir el embate de la sojización de la agricultura, además de proteger al monte, patrimonio de la humanidad.