Entrada la madrugada del jueves se firmó un acuerdo entre los acuartelados y el Gobierno. Se sumarán 300 pesos al básico en forma escalonada y así un agente llegará a un sueldo inicial superior a los cuatro mil pesos. Sobre el filo del inicio de la mañana la Jefatura de policía, el Unidad regional y el Comando ya habían sido devueltos por los efectivos en huelga.
Las negociaciones llegaron a buen puerto tras una jornada en la que los contactos se multiplicaron y el núcleo duro de la protesta fue perdiendo fuerza por la adhesión de más de 800 efectivos al aumento del 40 por ciento otorgado por el Gobierno que se cobró el miércoles. El aumento fue inicialmente recibido por más del 50 por ciento de la fuerza policial.
Asimismo el cien por ciento de los integrantes del Servicio Penitenciario provincial cobró el aumento comprometido por el Gobierno.
El incremento está compuesto: por un 30 por ciento de aumento sobre sueldo líquido más 100 pesos de incremento al básico, más 300 no remunerativos, lo que totaliza un 42 por ciento de aumento en el salario de bolsillo de un agente. Ahora, los 300 no remunerativos se sumarán al básico en tres tramos.
Finalmente los retirados, tal como su mecánica de cobro lo establece, cobrarán el porcentual de aumento que les corresponde al mes siguiente, ya que como es sabido, sus haberes son liquidados por el IPS, varios días antes del fin del mes.
Lo que destrabó la negociación fue la muestra de respaldo que recibió el Gobierno durante toda la jornada tras la violenta toma de la Jefatura policial.
La oferta salarial no se modificó sustancialmente, pero se agregó el incremento al básico, lo que elevará el resultado final en el bolsillo y mejorará asimismo la condición de los retirados.
En tanto, en las tomas la situación era de una tensa vigilia, ya que aunque ya era clara la intención de levantar la huelga, los efectivos acuartelados esperaban la información que llegaba a cuentagotas a través de los delegados.
