Las FARC ratificaron seis liberaciones unilaterales

Las FARC colombianas ratificaron que liberarán a seis prisioneros apenas logren acordar con las autoridades los protocolos de seguridad, decisión que confirmó en un extenso comunicado en el que lamentó «la decisión oficial de dar solución violenta, a sangre y fuego, a los graves problemas sociales y políticos» del país.

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En el mensaje, dirigido al pueblo colombiano con motivo del año nuevo, las FARC detallaron que entregarán los secuestrados a la ex senadora Piedad Córdoba y a un grupo de mujeres de relevancia internacional que trabajan por la paz del país, y volvieron a reclamar un canje de rehenes por presos.

Entre los prisioneros por liberar se encuentran los subintendentes de la Policía Nacional Jorge Trujillo y Jorge Humberto Romero, y el cabo primero de la misma institución José Libardo Forero.

Respecto de los otros tres beneficiados, las FARC postergaron el anuncio de identidades.

En el pronunciamiento, publicado en la página web de la Agencia Bolivariana de Prensa y recogido por la agencia Prensa Latina, el grupo aclaró que aguarda que la entrega de los rehenes se haga sin contratiempos, por lo que «espera que el gobierno nacional y la cúpula militar no vayan a repetir lo ocurrido el pasado 26 de noviembre en una zona rural del departamento de Caquetá».

Ese día murieron cuatro prisioneros luego de una acción militar entre la insurgencia y el Ejército, lo que desató críticas al gobierno por sus intentos de rescate vía militar, dado el peligro que ello supone para los retenidos, aunque los testimonios indican que los prisioneros fueron ejecutados por los rebeldes.

Los tres prisioneros cuyas liberaciones fueron confirmadas hoy llevan más de 12 años en cautiverio, ya que fueron secuestrados en julio de 1999 cuando las FARC tomaron Puerto Lleras y Puerto Rico luego de un enfrentamiento en el que hubo cinco uniformados muertos, y se llevaron a 28 policías.

De ese grupo de retenidos, aún permanecen en poder de la guerrilla Wilson Rojas, Carlos José Duarte y Trujillo, Romero y Forero, reseñó el matutino bogotano El Tiempo.

En su comunicado, las FARC sostuvieron que el 2011 fue un año de grandes jornadas populares, en el que «demoliendo la muralla del miedo, de la disuasión criminal del terrorismo de Estado, el pueblo se levantó contra la política neoliberal, la corrupción, la entrega de la soberanía, y los desafueros del poder».

Para la organización, el año que culmina marcó el despertar, el ascenso de la lucha y la movilización del pueblo por sus derechos, y se sentaron «las bases de rebeldía y dignidad para encarar las decisivas luchas sociales y políticas» del 2012.

«En pie de combate, bienvenido el año nuevo con sus pertrechos de inconformidad y anhelos de Colombia Nueva», expresaron.

Denuncian, además, la existencia en Colombia de «gigantescos aparatos militares de represión y aplastamiento y de una casta política antipatriótica, corrupta y entreguista que sólo piensa en su bolsillo», y que tiene a favor «el poderoso aparato mediático de propaganda y publicidad que representan los monopolios».

Reivindican las FARC a «todas esas víctimas del terrorismo de Estado impuesto por la práctica de Seguridad Nacional, que ha dado en llamarse últimamente Seguridad o Prosperidad Democrática» y consideraron que «la resistencia popular y la heroica lucha armada guerrillera son las más dignas y altas expresiones de la rebeldía y la dignidad de un pueblo que se ha negado a aceptar dócilmente el destino impuesto por los poderes dominantes».

La guerrilla volvió a reclamar un diálogo que lleve a «la solución política del conflicto» y advirtió que el gobierno rechaza esa posibilidad porque sabe que «no va a encontrar traidores dispuestos a venderse».

«Uniendo voluntades podremos aislar a los guerreristas de Washington y Bogotá. Como decía el comandante Jacobo Arenas: el destino de Colombia no puede ser el de la guerra. Apoyemos todos el primer paso hacia la solución política, representado por el canje de prisioneros entre las partes contendientes», subrayó.

También el Ejército de Liberación Nacional (ELN) -la segunda organización del país- emitió un comunicado de fin de año, en el que insistió en que continuará «levantado en armas hasta que Colombia alcance una paz auténtica».

En el texto, el ELN subrayó que sus esfuerzos en el 2012 estarán «por el respaldo a las luchas del pueblo y la nación» y remarcó que sus fuerzas «serán incansables en dicho propósito de paz».

«Mientras esa realidad llega, continuaremos levantados en armas», manifiesta el grupo, activo desde 1964.