Miles de libios festejaban la liberación de la ciudad oriental de Bengasi del control de Muammar Gaddafi, quien se reportó que envió un avión para bombardear el área el miércoles mientras se resiste a dejar el poder. Luego hizo un aterrizaje forzoso al sudoeste de Bengasi, indicó una fuente militar según citó el diario libio Quryna, evitando una nueva tragedia después de casi una semana de violencia.
Trípoli, junto al oeste del país, sigue bajo el mando de Gaddafi. Los residentes indicaron que tenían miedo de los grupos armados leales al presidente, tras un discurso el martes por la noche en el que amenazó con atacar a los manifestantes.
Los intentos desesperados por aplastar una revuelta popular en contra de su Gobierno de cuatro décadas dejaron hasta 1.000 muertos, dijo el miércoles el ministro de Relaciones Exteriores de Italia, Franco Frattini.
Los precios del petróleo treparon por encima de 110 dólares el barril por temor a que el caos se expanda hacia otras naciones productoras de petróleo e interrumpa los suministros, quebrando las esperanzas de una rápida recuperación económica mundial.
Un oficial de la fuerza aérea, mayor Rajib Faytouni, dijo en Bengasi, cuna de la revuelta, que había sido testigo de la llegada de hasta 4.000 mercenarios en aviones de transporte libios durante tres días desde el 14 de febrero, reportó el diario Guardian de Londres.
«Por eso nos pusimos contra el Gobierno. Eso y el hecho de que hubo una orden de usar aviones para atacar personas», añadió.
Hossam Ibrahim Sherif, director del centro de salud de Bengasi, dijo a Reuters que habían muerto alrededor de 320 personas en la ciudad.
Con informaciones de que gran parte del este se encuentra bajo control de los rebeldes, una cárcel vacía se incendió en Bengasi y la red británica Sky News mostró imágenes de misiles antiaéreos en lo que dijo era una base militar abandonada cerca de Tobruk.
Los residentes encendieron petardos y tocaron bocinas para celebrar el fin de los días sangrientos en el lugar.
Mientras los países que poseen fuertes lazos comerciales con el tercer productor de petróleo de Africa intentaban evacuar a sus ciudadanos, un trabajador turco fue asesinado en un edificio cerca de la capital, dijeron autoridades de aquel país.
Un trabajador del petróleo británico dijo que estaba varado con otras 300 personas en un campo en el este de Libia, donde informó que locales habían saqueado instalaciones petroleras.
«Vivimos todos los días con miedo por nuestra vida debido a que los locales están armados», dijo James Coyle a la BBC. «Han saqueado (…) el campo alemán de al lado, se han llevado todos sus vehículos, todos nuestros vehículos (…) todo. Por eso estamos desesperados porque el Gobierno británico venga a buscarnos», agregó.
Gran Bretaña dijo que estaba presionando a las autoridades libias para que reabrieran un aeropuerto militar con el fin de ayudar en las evacuaciones.
Francia se convirtió en el primer Estado en reclamar sanciones. «Quiero la suspensión de las relaciones económicas, comerciales y financieras con Libia hasta nuevo aviso», dijo el presidente Nicolas Sarkozy.
Pero en la última señal de las divisiones internacionales en torno a la crisis, el primer ministro de Qatar indicó que no quería aislar a Libia, donde varios destacados funcionarios han declarado su apoyo a las protestas que comenzaron hace casi una semana.
El ministro del Interior, Abdel Fattah Younes al Abidi, y un asesor del influyente hijo del veterano líder Saif fueron los últimos en abandonar al Gobierno.
«Renuncié de la Fundación Gaddafi el domingo para expresar mi disgusto ante la violencia», dijo Youssef Sawani, director ejecutivo de la fundación, en un mensaje de texto enviado a Reuters.
Gaddafi desplegó tropas al oeste de la capital para intentar detener la expansión de la revuelta. En el este, varios soldados se retiraron del servicio activo y abandonaron una base militar cerca de la ciudad de Tobruk.
El general Soliman Mahmoud al-Obeidy dijo a Reuters que el líder libio ya no era confiable. «Estoy seguro de que va a caer en los próximos días», declaró.
Gaddafi, quien alguna vez fue respetado por muchos libios pese a su represivo gobierno, llamó a una muestra masiva de apoyo el miércoles, pero sólo unas 150 personas se congregaron en la plaza Verde de la capital, Trípoli, llevando la bandera libia y retratos del presidente.
La mayoría de las calles estaban desiertas en un horario en que suelen estar colmadas de autos.
Algunos cafés parecían ser los únicos comercios abiertos, pese al llamado del Gobierno a que los libios vuelvan a trabajar enviado a los suscriptores de las dos compañías de teléfonos móviles controladas por el Estado.
«Muchas personas tienen miedo de dejar sus hogares en Trípoli y hombres armados leales a Gaddafi están dando vueltas amenazando a las personas que se juntan en grupos», dijo el tunecino Marwan Mohammed mientras cruzaba la frontera del oeste de Libia hacia Túnez.
Se estima que 1,5 millones de extranjeros trabajan o visitan Libia y un tercio de la población de siete millones son inmigrantes del Africa sub-sahariana.
Testigos describieron escenas de caos mientras las personas intentaban dejar el país. «Es un éxodo bíblico», dijo el ministro italiano Frattini, pronosticando varios cientos de miles que buscarán refugio en su país.
Frattini dijo que entendía que la región oriental de Cyrenaica, donde se ubica gran parte del petróleo, ya no estaba bajo el control de Gaddafi luego de los violentos esfuerzos por aplastar la protesta allí y en el resto del país.
Frattini señaló que no sabía cuántos muertos había y agregó: «Creemos que estimaciones de alrededor de 1.000 son creíbles».
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas condenó el uso de violencia y llamó a que los responsables de los ataques a civiles sean responsabilizados, mientras que el primer ministro británico, David Cameron, llamó a una resolución formal.
«El régimen libio está utilizando niveles terribles de fuerza y violencia contra su propio pueblo, incluyendo aeronaves que están disparándole a las personas», declaró.
Las manifestaciones en los países vecinos a Libia Egipto y Túnez lograron derrocar a líderes atrincherados pero Gaddafi, quien llegó al poder en un golpe militar de Estado en 1969 y ha gobernado el desértico país con populismo y mano dura, sigue dando la pelea.
El martes, un desafiante Gaddafi afirmó estar listo para morir como «un mártir» en Libia. «Me voy a mantener aquí desafiante», dijo en un mensaje en el canal estatal, rechazando a los manifestantes como «ratas y mercenarios».
Hasta un cuarto de la producción de petróleo de Libia ha estado interrumpida, en base a cálculos de las firmas que operan en el país, que se extiende desde el Mediterráneo hasta el Sahara y produce casi el 2 por ciento del petróleo del mundo
Human Rights Watch dijo que 62 personas han muerto en Trípoli en los últimos dos días, además de la cifra de 233 muertos entregada anteriormente. Pero grupos de oposición estiman cifras mucho mayores.