El rencor de Aguer por la elección de Bergoglio como Papa

El arzobispo de La Plata y representante de la ultraderecha católica guarda estricto silencio desde la elección de su enemigo, Jorge Bergoglio, como el nuevo máxima autoridad de la Iglesia mundial. Desde la elección de Francisco como nuevo papa de la Iglesia católica, el representante del ala ultraderechista del clero argentino, Héctor Aguer, mantiene un silencio absoluto. Según publica el sitio lapoliticaonline.com, ambos mantuvieron diferencias debido a sus distintas concepciones sobre el rol que debe cumplir la Iglesia.

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Una fuente cercana a la curia explicó a ese sitio web las diferencias entre ambos, aunque pidiendo reserva de su identidad: «Bergoglio es un militante, un cuadro político que caminó las villas. Aguer, por el contrario, se resiste a que los curas hagan política».

En la tarde del miércoles, el monseñor de La Plata no ordenó hacer sonar las campanas de la Catedral como hicieron casi todas las iglesias del país. Durante el último domingo, Aguer estuvo al frente de la misa que desbordaba de fieles que se habían acercado tras la noticia de contar con un Papa argentino.

Aguer, en su sermón relativizó la elección de Bergoglio. Planteó que no era necesario hacer de ese hecho una «cuestión futbolística». Pidió restarle ese tipo de trascendencia y auguró por fortalecer la noticia a partir de una cuestión religiosa, según afirma lapoliticaonline.com

Aguer fue designado obispo auxiliar de Buenos Aires en 1992 por Juan Pablo II. Ambicionó ser cardenal primado pero su deseo chocó con la designación del ahora Papa Francisco.

Seis años más tarde recaló como adjutor de La Plata y en el 2000 se convirtió en arzobispo. Sus estrechos contactos con Esteban «Cacho» Caselli, embajador en el Vaticano durante el menemismo, se renovaron con sus vínculos en la Santa Sede.

Gracias a la bendición de Caselli, fue nombrado Capellán Conventual de la Soberana Orden Militar de Malta y Gran Canciller de la Universidad Católica de La Plata.

«Siempre existió una cuestión de celos con Bergoglio, incluso de celos mediáticos. Cuando el Papa escribía sus columnas en el diario La Nación aparecían comentarios irónicos», explicaron a ese diario fuentes de la Iglesia.