El papa Francisco proclamó este domingo santa a la madre Teresa de Calcuta, quien dedicó su vida a los pobres, en una misa de canonización celebrada en la Plaza de San Pedro frente a más de 100 mil fieles.
«Que nos ayude a entender que nuestro único criterio de acción es el amor gratuito, libre de cualquier ideología (…) y ofrecido a todos sin distinción de lengua, cultura, raza o religión», declaró el papa durante su homilía.
«Es un día de celebración, de gratitud, de muchas bendiciones», dijo desde Calcuta la hermana Mary Lysa, de las Misioneras de la Caridad, la congregación fundada por la madre Teresa de Calcuta en 1950 y que cuenta con 5.000 misioneras que dedican su vida a los pobres.
Tras la ceremonia, el papa Francisco invitó a almorzar a 1.500 personas desheredadas, provenientes de toda Italia.
En la fachada de la Basílica de San Pedro colgaba el domingo un retrato gigante de la misionera, bajo un cielo azul y un sol de verano.
«Proclamamos a la beata Teresa de Calcuta santa y la inscribimos entre los santos, decretando que sea venerada como tal por toda la Iglesia», declaró el papa Francisco bajo fuertes aplausos, pronunciando en latín la frase de canonización ritual al inicio de una misa de dos horas.
Su fiesta en el calendario católico de santos será el 5 de setiembre, día del aniversario de su muerte, en 1997.
El papa Francisco, que recorrió la plaza San Pedro en su papamóvil después de la celebración, fue ovacionado con fervor por la multitud.
Solangel Rojas y su hermana Zorayda, que vinieron especialmente para la ocasión desde Cali, Colombia, llevaban en sus manos pequeños retratos de la religiosa, con la mención «Santa Teresa». «Su canonización es grandiosa, es un ejemplo a seguir», opinaron estas colombianas.
Los indios, numerosos en la plaza San Pedro el domingo, expresaban su orgullo por esta misionera albanesa, que se convirtió en un ícono mundial de los más pobres en Calcuta. «Vivió como una mujer simple, sin ningún lujo, al servicio de los pobres», subrayó Ancy Baby Thomas, una india vestida con un colorido sari.
El ritual católico de la canonización necesita la realización confirmada de dos milagros.
El brasileño cuyo testimonio abrió el camino a la canonización de la madre Teresa de Calcuta, contó el viernes ante la prensa en el Vaticano cómo, según él, se curó de repente de tumores cerebrales en el 2008 gracias a que rezó intensamente a la religiosa de Calcuta.
La madre Teresa de Calcuta fue «una infatigable benefactora de la humanidad», había declarado Juan Pablo II durante la beatificación de la religiosa en el 2003, en una ceremonia en Roma en la que participaron 300.000 fieles.
Para el papa Francisco, la madre Teresa de Calcuta encarna su ideal de una «iglesia pobre para los pobres», aunque admitió que habría tenido «miedo» si esta pequeña mujer determinada hubiera sido su superiora.
La madre Teresa de Calcuta – acida en 1910 en el seno de una familia albanesa en Skopje y fallecida el 5 de septiembre de 1997 en Calcuta- recibió el premio Nobel de la Paz en 1979. Levantó polémica al recibir este galardón y afirmar que el aborto era «la principal fuerza de destrucción de la paz».
«Defendía incansablemente la vida, proclamando sin cesar que ‘el que aún no ha nacido es el más débil, el más pequeño, el más miserable'», recordó el domingo el papa Francisco.
El papa concluyó la misa de canonización pidiendo orar por la hermana Isabel, una misionera española asesinada hace dos días en Haití, y por «todas las religiosas que dan su vida sin contar».
Fuente: EFE