Maia Goldin egresó de la UBA con diploma de honor y desarrolló la planta de chalecos multiamenaza.
Entre los 140 despidos que el Gobierno de Mauricio Macri llevó adelante en la Dirección General de Fabricaciones Militares, está la historia de una ingeniera química graduada con honores en la Universidad de Buenos Aires (UBA), que se desempeñaba en la empresa desde 2012 y que desde chica soñó con trabajar para el Estado.
Maia Goldin tiene 28 años y hace cuatro años egresó de la UBA con un promedio de 8.60. Desde ese día buscó retribuir al Estado la posibilidad que le dio de estudiar de manera gratuita durante toda su vida. «Presenté mi CV en varias empresas del Estado y terminé quedando en la Dirección General de Fabricaciones Militares, después de pasar unas series de entrevistas y de que evaluaran mi perfil», explicó Goldin a El Destape.
«Me motivó entrar a esta empresa el impulso que se le estaba dando a la industria nacional», contó sobre lo que la sedujo a ingresar en Fabricaciones Militares. Su primer proyecto en el organismo fue el desarrollo de la planta de chalecos multiamenaza, trabajo que le demandaba jornadas baborales de hasta 16 horas.
El jueves 28 de enero pasado quiso entrar a su puesto de trabajo como todos los días, pero algo había cambiado. «Noté que había policía de la Federal parados en distintos accesos, estaban bloqueadas las puertas, habían seis guardias de seguridad privada estancados en la puerta con una lista. Chequearon la lista y como mi nombre estaba ahí no me dejaron pasar.
«Quiero que los proyectos que estábamos llevando sigan adelante porque amo la industria nacional y quiero que el país siga creciendo«, cerró
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