Corrientes / Filosofía Política | Una corriente de pensamiento con “Payé”

Francisco Tomás González Cabañas (*), un filósofo de la política,  presenta la Escuela Correntina del pensamiento, una propuesta con payé.«La filosofía es una batalla contra el embrujo de nuestra inteligencia por medio del lenguaje», a tal frase quedó reducida la obra del filósofo Wittgenstein, como el slogan que define que el embrujo guaraní, en representación de toda una cosmovisión previa a la imposición cultural occidental, no es más que un «payé» que va más allá de lo individual, que propende a una construcción junto a los otros. Por esta razón de inseminar, a los efectos de recuperar las voces que sobrevivieron a las pretensiones de genocidios culturales, voces, vocablos o conceptos, se dio en llamar a la escuela correntina de pensamiento un ageanciamiento con «payé», dice el pensador correntino en una entrevista que se puede leer a continuación

¿Qué es la escuela Correntina de Pensamiento?
Un rizoma horizontal que absorbe en su condición de tal, una cantidad inconmensurable de nutrientes intelectuales que escapan de dictados verticales. Es un lugar, indeterminado en un momento dado, en donde abrevan, se acendran prioridades políticas y sociales, que tienden a redefinir, reconfigurar algunas cuestiones instituidas que no vienen funcionando muy bien. La escuela correntina, nace en un lugar llamado Corrientes, que no casualmente, permite en su acepción ser una perspectiva de cómo entender la vida. Algo así cómo lo del principio Ubuntu, «yo soy porque nosotros somos» o el zapatista de tener un mundo en donde quepan todos los mundos, en definitiva es una corriente de pensamiento que niega la preponderancia de una por sobre otras y afirma la necesidad de que existan todas las corrientes posibles y que convivan, consensualmente. Lo único, raro, extraño, azaroso o inexplicable, y que creo es la razón por la que empieza a generar cierta curiosidad es que esta corriente, nace, caprichosamente, en una ciudad llamada Corrientes.


¿Es riesgoso para la misma democracia o para el sistema, analizarla, criticarla a los efectos de redefinirla?

Venimos estudiando, o mejor dicho palpando, cotidianamente, como todo se reduce a la abstracción del número. Redujimos nuestra existencia real, a la ficción del número. Somos un número de documento, de seguro social, lo que cobramos, percibimos, cuánto es lo que podemos tener en un banco o guardado, la nota escolar o académica, lo que producimos en el trabajo, el canal de comunicación o la plataforma para entretenernos para evitar lo incierto o indeterminado que no puede ser numerado o cuantificado. Todo llevaba un número. Lo democrático también, pero en lo electoral. No en su definición o en lo que puede ser más allá de la elección. Las últimas experiencias, casi bonapartistas de autoritarismos electorales en diferentes partes del mundo, en donde la democracia se reduce, peligrosa como cínicamente, al porcentaje obtenido por el ganador, al número de cantidad de votos, debe ser discutido, no sólo conceptualmente, sino también desde la misma atrocidad que propone que es cuantificar lo democrático. Necesitamos más palabras, como tantas otras culturas los guaraníes decían que en estas se encontraba el alma. Tenemos que ir detrás de la esencia de nuestros pueblos.

¿Puede la democracia trascender lo electoral?

Esa es la pregunta. Posiblemente necesitemos construir una sociedad democrática, que vaya más allá de la clase política, es decir mucho más allá de su recambio, de su reemplazo o su redefinición. Necesitamos familias democráticas, religiones democráticas, clubes deportivos democráticos, entretenimientos democráticos. Una vez que tengamos esto, recién tendremos partidos políticos democráticos. Finalmente lo electoral, debería incluir la demarquía. Es decir cierta representación, como en la antigua Grecia, debe surgir mediante lo más democrático que es el sorteo, la suerte, el destino sin interpretaciones, el ucase o el azar.


¿Tienen relación, vinculación, estas corrientes, redefinitorias de lo democrático, con los procesos políticos novedosos que vienen sucediendo de la primavera árabe a esta parte?
Desde ya. Opera una lógica distinta a la usual, a la que venimos acostumbrados a escuchar. Es decir, no se tratan de órdenes que se cumplen o ejecutan. Volvemos al comienzo, como en todo, como en una cinta de moebius, pero desde otro lugar. Es un proceso rizomático, horizontal, son movimientos que no se perciben unidireccionalmente. Estas líneas incluso operan en tal sentido, con el significante del to apeiron griego, de lo indeterminado, de la botella en el mar, que será tomada por un navegante, en este caso de las redes, que lo tomara, lo reconvertirá, lo replicara desde esa nueva identidad que cobrará en sus manos para luego volver a reconvertirse hasta que entendamos que nunca estamos más humanizados cuando nos despojamos de todo tipo de pretensión totalitaria de pretender tenerlo todo bajo control, a sabiendas de someter a otros, para tal fin, tan ajeno y distante de la experiencia humana.

(*) Francisco Tomás González Cabañas estudió Filosofía en la Universidad del Salvador (USAL); Psicología en la Universidad de Palermo (UP); Ciencias Políticas en la Universidad Católica Argentina (UCA) y Comunicación Social en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES). Es conferencista nacional e internacional, destacándose las ponencias presentadas en las Universidades Autónomas de Puebla, Guadalajara, Tlaxcala, Baja California y Guanajuato en México; Antioquía y Medellín en Colombia; San Marcos y Nacional de Trujillo en Perú; Complutense en España, entre otras. Creó el estudio “Láquesis” para la redacción y conformación de proyectos de ley en la Cámara de Diputados de la Nación, el cual generó más de 200 iniciativas parlamentarias en el período 2002-2004. Fundó la Organización No Gubernamental para la Reforma Política “Cupo Generacional” en el año 2004. En la actualidad trabaja y representa a la Honorable Cámara de Diputados de la provincia de Corrientes y se encuentra abocado a la conformación del Departamento Provincial de Filosofía en la provincia de Corrientes. Ha publicado «El macabro fundamento» (1999); «El hijo del Pecado» (2013); «El voto compensatorio» (2015) y «Democracia Incierta» (2015).