Corea del Norte ataca al Sur y desata tensión al límite

ejercito-corea-del-norteCorea del Norte disparó el martes proyectiles de artillería sobre una isla surcoreana, dejando dos soldados muertos e incendiando casas, en uno de los peores ataques contra su vecino desde el fin de la Guerra de Corea en 1953.

 

 

El bombardeo, que generó una respuesta armada de Corea del Sur y el envío de un jet de combate al área, ocurrió cerca de una disputada frontera marítima en el oeste de la dividida península y lugar de mortales enfrentamientos en el pasado.

Seúl realizaba ejercicios militares en la zona en ese momento, pero dijo que no disparó contra su vecino del norte.

 

El ataque se produjo mientras el aislado Estado, y su aliado China, presionan a potencias regionales para volver a negociaciones sobre su programa de armas nucleares y luego de revelaciones el fin de semana sobre que Pyongyang está desarrollando rápidamente otra fuente de material para fabricar bombas atómicas.

También ocurre tras medidas del líder norcoreano Kim Jong-il para presuntamente convertir a su hijo más joven en su heredero, llevando a algunos analistas a cuestionar si el bombardeo pudo en parte haber sido un intento por impulsar la imagen de la familia gobernante dentro de la fuerza armada.

 

«Casas y montañas están en llamas y la gente está siendo evacuada del lugar. No se puede ver muy bien por las columnas de humo», dijo un testigo en la isla al canal de televisión YTN antes de que terminara el bombardeo, que duró cerca de una hora.

 

YTN dijo que al menos 200 proyectiles norcoreanos golpearon Yeonpyeong, que se encuentra frente a la costa oeste de la dividida península cerca de una frontera marítima disputada. La mayoría cayó sobre una base militar.

 

Fotografías de la isla Yeongyeong, 120 kilómetros al oeste de Seúl, mostraron columnas de humo elevándose desde edificios. Dos soldados murieron en el ataque y otros 17 resultaron heridos. Tres civiles también resultaron heridos.

 

Las noticias del ataque sacudieron a los mercados globales, ya afectados por las preocupaciones sobre la deuda de Irlanda y un cambio a activos de menos riesgo.

Expertos dicen que durante décadas el liderazgo coreano ha ejecutado un juego cuidadosamente calibrado de provocaciones para ganar concesiones de la comunidad internacional e impresionar a su propio Ejército. El riesgo es que esa transición de líderes haya afectado el balance y que los eventos se salgan de control.

 

El presidente surcoreano, Lee Myung-bak, quien ha seguido una línea dura con Corea del Norte desde que asumió hace casi tres años, dijo que debía haber una respuesta firme luego del ataque, al que calificó de «imperdonable».

 

«Los ataques indiscriminados contra civiles son imperdonables, también en un sentido humanitario», dijo en un encuentro con militares, según un reporte dado a la prensa.

 

Sin embargo, no sugirió que Seúl debiera dar tomar más represalias, dejando abierta la posibilidad de que el país opte por una respuesta moderada para evitar que la situación se salga de control.

 

Pyongyang posee una gran gama de artillería apuntando a Seúl que podría diezmar un área de viviendas urbanas que alberga a unas 25 millones de personas y causar grandes daños a su economía de un billón de dólares.

 

Técnicamente ambas Coreas siguen en guerra, puesto que el conflicto bélico terminó sólo con una tregua, y la tensión aumentó drásticamente a principios de este año después de que Seúl acusó a Corea del Norte de disparar torpedos a uno de sus barcos, provocando la muerte de 46 marineros.

Sobre los ataques del martes, Corea del Norte dijo que su rico vecino comenzó los disparos.

 

«A pesar de nuestras repetidas advertencias, Corea del Sur lanzó docenas de proyectiles desde la 1 p.m. (…) y hemos tomado una acción militar inmediatamente», dijo la agencia de noticias oficial de Corea del Norte KCNA en un breve comunicado.

 

Corea del Sur dijo que realizaba ejercicios militares en el área pero que había disparado al oeste y no hacia el norte.

 

La Casa Blanca condenó el ataque, exhortando a Pyongyang a detener su «acción beligerante» y señalando que Estados Unidos está comprometido con la defensa de Corea del Sur, donde tiene unos 28.000 soldados enfrentando a cerca de un millón de tropas norcoreanas, uno de los mayores Ejércitos del mundo.

 

Stephen Bosworth, enviado estadounidense a Corea del Norte quien se encontraba en Pekín para sostener conversaciones, dijo que todas las partes concordaban en que se precisaba compostura.

 

«Ambos compartimos la opinión de que dicho conflicto es muy indeseable y les expresé el deseo de que todas las partes muestren moderación y creo que estamos de acuerdo en eso», dijo a la prensa.

 

China, el único aliado que tiene la empobrecida Corea del Norte, fue cautelosa para evitar tomar partido por alguna de las partes, instando a ambas Coreas a «hacer más para contribuir a la paz».

 

Una fuente diplomática francesa dijo que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas convocará a una reunión de emergencia en uno o dos días para evaluar la actuación de Corea del Norte, sobre la que impuso fuertes sanciones económicas por pruebas anteriores de misiles y nucleares.

 

El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo que la última escalada en las tensiones representaba un «peligro colosal».

 

Las noticias del intercambio de disparos derrumbaron al won en los mercados externos, con los futuros de la moneda surcoreana a un mes cayendo cerca de un 4 por ciento en el mercado Non-Delivery Forwards (NDF).

 

Los futuros a 10 años del Tesoro estadounidense subieron y el yen japonés bajó.

El Banco Central surcoreano, tras una reunión de emergencia, dijo que planeaba cooperar con el Gobierno para tomar medidas que estabilicen los mercados, si fuera necesario. Muchos operadores esperan que los mercados financieros surcoreanos caigan aún más cuando se abran las transacciones el miércoles.

 

Sin embargo, analistas dijeron que es improbable que el ataque escale a una confrontación militar más seria y que, por lo tanto, cualquier pérdida en el mercado sería temporal. Provocaciones anteriores de Pyongyang sólo han tenido un efecto negativo fugaz en los mercados surcoreanos.

 

«Creemos que la corrección del mercado esta vez tendrá una vida muy corta», dijo Young Chang, analista de UBS en Seúl.