El seleccionado argentino volvió a trabajar después de la victoria frente a Jamaica que colocó al equipo como primero del grupo B y con Colombia como rival para cuartos de final, pero a pesar de no hacer fútbol, no se preanuncian variantes sustanciales más allá del retorno de Sergio Agüero por Gonzalo Higuaín.
La otra duda está dada por la continuidad de Martín Demichelis como segundo central o el regreso a la titularidad de Nicolás Otamendi, aunque esto quedará supeditado a lo que haga José Pekerman con su sistema ofensivo.
Si juega Jackson Martínez de arranque, quizás siga Demichelis, aunque eso obedecerá más a una corazonada de Gerardo Martino que a una certeza, porque al igual que el «Tata», Pekerman tampoco mostrará sus cartas hasta último momento, y menos si es una tan alta como la del delantero de Porto, de Portugal.
En cuanto al «Kun», se sabe, es hoy el número uno en las preferencias de Martino respecto del mencionado Higuaín y Carlos Tevez, a los que por el momento mantiene conformes pese a sus suplencias. Al «Pipita» más que al «Apache», porque al menos tuvo el consuelo de ser titular ante Jamaica y marcar el gol del triunfo.
El otro jugador pasible de ser cambiado según los atacantes de que disponga el rival es Pablo Zabaleta, pero eso recién se resuelve si por su lado actúa un extremo habilidoso que requiera de un «tratamiento especial» con la marcación. Para esto último el único que está disponible para el entrenador es Facundo Roncaglia.
Pero el hincapié en la defensa no es ocioso, sino que tiene que ver con el poderío ofensivo que posee el conjunto colombiano y que, ante una situación de emergencia en el resultado, Pekerman puede desplegar en su totalidad para resolver una situación adversa, algo que a partir de ahora es sinónimo de «vuelta a casa» en esta Copa América.
Cayó Colombia en esta ruleta del destino que pasó por varios números «más potables» en la previa, como por ejemplo Ecuador y Venezuela, y la historia para Argentina se transformó en un derrotero de espinas camino a la gloria, porque tras dejar a los dos finalistas de la edición anterior en la fase de grupos, Uruguay y Paraguay, en caso de superar el obstáculo de los de Pekerman puede esperar nada menos que Brasil, aunque sin Neymar, y después de él, ya para la final, el gran candidato es el local, Chile.
Justamente el conjunto dirigido por el también santafesino Jorge Sampaoli es el equipo al que más resalta Martino de los otros 11 que compiten en esta Copa América, aunque el «Tata» está convencido y no duda en afirmarlo a los cuatro vientos, que Argentina «es el mejor de todos».
Pero por rara paradoja del destino, el próximo viernes el estadio El Sausalito, de Viña del Mar, a partir de las 20.30, será el punto de convergencia de una situación inédita para el fútbol nacional, ya que un ex seleccionador mundialista como Pekerman podrá eliminar al representativo de su propio país en una competencia oficial.
Pero esto no solamente ocurrirá en términos conceptuales, sino que además en el plantel argentino habrá componentes que el supo tener a su cargo en el pasado Mundial de Alemania 2006, como por ejemplo los propios Lionel Messi, Javier Mascherano y Carlos Tevez.
Pero ajeno a esto todavía, y a varios días de este suceso, hoy el equipo argentino se ocupó de otros temas más domésticos y cotidianos, como por ejemplo que mientras Mariano Andújar emprendía vuelo de regreso a Buenos Aires para operarse la mano derecha fracturada en el calentamiento previo ante Jamaica, Agustín Marchesín hacía lo propio desde México con el objetivo de convertirse en el tercer arquero del equipo, algo similar a lo que debió realizar desde ese mismo país Angel David Comizzo en 1990, cuando Nery Pumpido se fracturó la pierna derecha en el comienzo del Mundial de Italia.
Por aquel entonces Comizzo atajaba en Tigres, de Monterrey, el equipo en el que hoy revista el segundo arquero de esta selección. Marchesín lo hace en el Santos Laguna mexicano.
El otro tema del día fue el trabajo liviano que desarrolló el equipo en el complejo deportivo La Alpina y que apuntó específicamente a ejercicios de definición, algo que no es de la preocupación de Martino, aún cuando considere que esa es la frutilla indispensable para completar el dulce postre de la victoria. Esa que a partir del viernes será la única que le permitirá no cruzar la Cordillera antes de lo deseado.
Fuente Télam.