Argentina / Salud / Prevención | Epidemia Renal: ocho acciones claves para un futuro saludable, un acceso equitativo a la atención y farmacología óptima

En Argentina, cerca de 5 millones de personas enfrentan algún grado de enfermedad renal crónica, y sorprendentemente, solo 1 de cada 10 es consciente de su condición. La Dra. María Marina Papaginovic Leiva, vicepresidente de la Sociedad Argentina de Nefrología, aborda el tema con recomendaciones puntuales

Como todos los segundos jueves de marzo, el próximo 14 de marzo se conmemora el Día Mundial del Riñón, y este año se destaca bajo el lema «Avanzando hacia un acceso equitativo a la atención y práctica farmacológica óptima«. La magnitud de la enfermedad renal crónica (ERC) es alarmante, afectando a más de 850 millones de personas en todo el mundo y cobrando la vida de 3.1 millones en 2019. Actualmente, la ERC ocupa el octavo lugar entre las causas de mortalidad, pero si no se aborda adecuadamente, se proyecta como la quinta causa de fallecimiento para 2040.

En Argentina, cerca de 5 millones de personas enfrentan algún grado de enfermedad renal crónica, y sorprendentemente, solo 1 de cada 10 es consciente de su condición. Sin embargo, existen diversas formas de reducir el riesgo de padecer esta enfermedad, centrándose en la adopción de 8 hábitos saludables fundamentales.

Mantener una vida activa: Realizar actividad física de manera regular para mantenerse en forma y en un peso adecuado. El ejercicio ayuda a reducir la presión arterial y, por lo tanto, disminuye el riesgo de enfermedad renal crónica.

Tener una alimentación saludable: Una dieta rica en vegetales y el control del peso contribuyen a mantener los parámetros adecuados según indicación médica. Esto ayuda también a controlar la diabetes y la hipertensión, que acompañan el daño renal. A su vez, no debemos perder de vista la reducción del consumo de sal. Su ingesta recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de 5 y 6 gramos de sal por día.

Revisar y controlar el nivel de azúcar en sangre: Se debe monitorizar el nivel de azúcar en sangre ya que es la primera causa de desarrollo de algún deterioro o daño renal, por lo cual, es indispensable que las personas que padecen diabetes se realicen exámenes frecuentes para monitorear su funcionamiento renal.

Revisar y controlar la presión arterial: Se debe controlar la presión arterial ya que es una de las causas más frecuentes que alteran el buen funcionamiento de los riñones cuando no está monitoreada, junto al colesterol alto y las enfermedades cardiovasculares.

Mantener una ingesta de líquidos apropiada: Estar hidratado es sumamente importante. El consumo de agua debe ser de alrededor de 1.5 o 2 litros por día para tratar de reducir el riesgo de deterioro de la función renal.

No fumar: Es sabido que el tabaquismo altera la circulación y, por lo tanto, puede alterar la función renal.

Autoprescribir analgésicos y antiinflamatorios sin receta médica: No se debe utilizar fármacos que puedan dañar los riñones ni automedicarse. Siempre hay que consultar con el médico de cabecera para evitar daños colaterales.

Pedir el control de la función renal si se tiene uno o más factores de alto riesgo: Realizar controles médicos en forma periódica o de acuerdo a la necesidad que indique el profesional médico.

Crear conciencia sobre la salud de nuestros riñones y dar a conocer esta problemática que afecta a millones de personas en nuestro país y el mundo, es parte de nuestra responsabilidad. Adoptando estas pautas básicas podremos reducir la frecuencia y el impacto de la enfermedad renal. Hagamos visible la salud renal, hagamos visible lo invisible. (Dra. María Marina Papaginovic Leiva (MN 118001), vicepresidente de la Sociedad Argentina de Nefrología)

 

Enfermedad renal crónica (ERC)
Es la pérdida lenta de la función de los riñones con el tiempo. El principal trabajo de estos órganos es eliminar los desechos y el exceso de agua del cuerpo.
Causas
La enfermedad renal crónica (ERC) empeora lentamente durante meses o años. Es posible que no note ningún síntoma durante algún tiempo. La pérdida de la función puede ser tan lenta que usted no presentará síntomas hasta que los riñones casi hayan dejado de trabajar.La etapa final de la ERC se denomina enfermedad renal terminal (ERT). En esta etapa, los riñones ya no tienen la capacidad de eliminar suficientes desechos y el exceso de líquido del cuerpo. En ese momento, el paciente necesitaría diálisis o un trasplante de riñón. (Medline Plus)