Pero no se trata solamente de la sexualidad ignorada. Muy por el contrario, es que no se considera a las personas mayores como consumidores de infinidad de productos, por lo que la oferta no les es ofrecida puntualmente, como sí lo hace esta comercio de manera inteligente.

Consideremos tan solo al Gran Posadas la capital, Garupá y Candelaria (40 mil adultos mayores), más Encarnación y ciudades del sur provincial, en torno de Apóstoles y hasta cien kilómetros al norte y centro: hay allí más de 140 mil consumidores que son personas mayores, la mayoría se ese colectivo, jubilados. Si no consideramos Encarnación y su periferia, solo en el territorio misionero descripto, hay 90 mil consumidores. Un numerito a considerar desde la política (un electorado atractivo) y desde el mercado de consumo.

Los viejos no consumen solamente alimentos, remedios, polvos o cremas para fijar prótesis dentales o pañales. ¡No señor!

Esas personas compran lo que todos los demás: a la lista señalada, hay que sumar vestimenta, artículos del hogar, esparcimiento, viajes, cosas para sus nietos y… para su sexualidad, ¿por qué no?

Hay un número creciente de mujeres mayores de 60 años que regresan a las lencerías y ya no se conforman con seguir vistiendo «como viejas», además de exhibir un look de calle quizás más atrevido que el que lucían las mujeres de su edad hasta los 80.

Esta tendencia ha sido advertida por lo menos desde hace algunos años por el Hipermercado Libertad, que tiene rebajas en las compras para «jubilados», beneficio al que se accede con un trámite muy sencillo de registro y de ahí en más cada vez que se hace una operación en los días establecidos por el comercio (cualquiera sea el medio de pago) se verá el descuento.

De esa forma, la empresa genera una corriente de empatía con el consumidor y una mayor fidelización.

Juguetes sexuales con ofertas para jubilados se convierte en un punto de atracción interesante: por fin alguien que entiende que las personas mayores no solo consumen medicamentos, pañales o productos de fijación para prótesis dentales. Descubrir ese nicho comercial es de alto impacto: un mercado de 180 mil potenciales consumidores en toda la provincia de Misiones.

Es de esperar que más comercios y servicios tengan esa misma mirada, que no solamente habla de inclusión e integración, sino también de habilidad comercial para captar más clientes en un contexto de marcada caída del consumo durante todo el año.

Hay un «baby boomer»; es el de la “generación plateada”: los mayores de 60 años, que buscan desarrollar cada vez más hábitos saludables.

Ingresar a la sexta década de vida no implica el fin del bienestar y la productividad. La nueva madurez, o sexalecencia, plantea desafíos no solamente  a quienes transitan por esa etapa, sino también para quienes pueden (y deben) brindar servicios (públicos y privados) para este grupo etario.

Restaurantes, tiendas, bares, agencias de viajes, áreas de espectáculos, todos pueden abrir también su mente y dar ese salto de calidad en la atención al público, que no es solamente joven o adulto. Integrar a las personas mayores a ese universo también puede ser una gran negocio.

Las personas que superan los 60 años son el grupo etario al cual suele denominarse “generación plateada” o “generación silver” (en alusión a las canas) . En los últimos años, la percepción social sobre esta etapa de la vida se ha visto modificada. Ahora esta generación se caracteriza por tener una posición cada vez más activa, relacionada con estar en constante aprendizaje y movimiento, y en busca de cada vez más alternativas que les permitan alcanzar el bienestar.

Los que nacieron hace más de setenta años son un llamado de atención al comercio y a los gobiernos.

Lejos de la presión de la crianza o el estrés de una carrera profesional en ciernes -con muchos ya disfrutando del retiro- los seniors encuentran en esta etapa una “segunda juventud”, dedicando parte de sus ingresos a disfrutar de sus logros. Buscan retomar sus hobbies, deportes, amistades y, en especial, cuidar su salud; representando una enorme ventana para las marcas vinculadas a rubros como bienestar, entretenimiento, turismo, fitness y cuidado personal.

Los «baby boomers» (nacidos alrededor de los 50) son la generación de mayor crecimiento en América Latina y representan hoy el 40% del gasto en productos de consumo masivo a nivel regional. Son, además, los principales responsables de las compras en el hogar, aunando el mayor poder adquisitivo del mundo. Para los seniors, la calidad es el factor determinante al momento de comprar, valorando una atención personalizada que les permita acceder a una mejor calidad de vida y gozar de su nuevo tiempo libre.

Pero los llamados +60 no sólo constituyen una oportunidad presente, sino que -como el vino- se vuelven más apetecibles con el tiempo. El segmento senior consume más, vive más y crece a pasos agigantados.

De acuerdo con datos de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), en 2014, la esperanza de vida al nacer en el conjunto de la región ascendió a 74,8 años promedio, estimando que en 2038 la población +60 superará en número al segmento de menores de 15 años. Interesante, ¿verdad?

La generación silver, que incluye a la generación silenciosa, los «baby boomers» y la generación X, representa el 25,5% de la población mundial y genera el 40% del consumo global. Para 2050, se espera que esta generación controle el 50% del consumo mundial, lo que demuestra que su influencia en el mercado es crucial. A pesar de esto, la atención se ha centrado excesivamente en centennials y millenials, ignorando el potencial de la generación silver, que es real y concreta.

La nueva longevidad implica un cambio de mentalidad en la manera de pensar, vivir y comprar. Y el impacto de esta nueva generación no se limita a categorías clásicas, sino que abarca transversalmente todo el consumo.

Y yendo al punto que convoca a la lectura de este artículo (que no es pagado por el comercio de la oferta), es necesario señalar que el anuncio es a todas luces disruptivo. Agradablemente disruptivo, porque viene a derribar un montón de prejuicios y estereotipos.

La sexualidad es percibida por los adultos mayores como una necesidad fisiológica importante que se sigue viviendo durante la vejez y cuya satisfacción es buscada y valorada, tanto por hombres como por mujeres, quienes manifiestan que está satisfacción resulta agradable, placentera y relajante para su vida actual.

Dicho esto más allá de que a los mayores el abordaje de estos temas les pudor tan extremo que prefieren ni hablar de ello.

La manifestación de la importancia y necesidad de la vivencia de la sexualidad es un elemento constantemente descrito por investigadores del tema, donde se manifiesta ver a la sexualidad como algo positivo que desean seguir viviendo en esta etapa de su vida.

El significado de la sexualidad desde la influencia del cuerpo y el mundo del adulto mayor se construye a partir del mundo vivido en razón de las experiencias durante otras etapas de la vida, así como de las posibilidades corporales actuales, las cuales condicionan la percepción y expresión de la sexualidad. El adulto mayor reconoce las influencias negativas de su propio cuerpo en la vivencia de la sexualidad y busca estrategias para contrarrestarlas. Sin embargo, las influencias del mundo como los estereotipos y prejuicios sobre la sexualidad representan un desafío importante no solo para el adulto mayor sino para los profesionales de salud y la sociedad en general.

La sexualidad del adulto mayor está influida por el contexto donde se desenvuelve y por las experiencias que ha vivido al respecto. Las enfermedades y limitaciones físicas afectan la sexualidad del adulto mayor y dificultan su expresión, en este mismo sentido, los estereotipos y prejuicios que existen sobre la sexualidad en la sociedad y en la familia condicionan la expresión sexual y obliga a la represión de la sexualidad por el mismo adulto mayor.

Los juguetes eróticos datan de la prehistoria y existen vestigios de ellos en piedra y madera. Hoy con nuevos materiales y alta tecnología son un buen recurso para ejercer en derecho al placer de las personas mayores.
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