Adultos Mayores en cuarentena: ¡Quédense en casa!

A casi 60 días de iniciada la cuarentena, de cuyos resultados como salvavidas nadie en su sano juicio puede dudar, comienzan a liberarse las actividades comerciales con el fin primario de aliviar la deprimida economía nacional. No se habilitan actividades de esparcimiento, gastronómicas o de actividad física que hagan muy difícil evitar el contagio de coronavirus. De hecho, están bastante lejos las acciones propias del sistema educativo clásico, que promueve una gran concentración de personas en espacios cerrados. Y… ¡en este rincón… los Adultos Mayores!

La liberación de las actividades comerciales contribuyen a mejorar -en parte- la angustiante situación de comerciantes y emprendedores que llevan casi dos meses de una vivencia colectiva que pasará a la historia como la de mayor incertidumbre masiva concreta. Pero, también, facilita la interacción social -con los resguardos del caso-: un fenómeno que descomprime en gran medida la larga secuencia de días interminables tanto de personas en soledad, como de integrantes de familias  cuya paciencia y tolerancia convivencial se van agotando.

Nadie está preparado para semanas cuyos siete días se reducen a la monotonía de tres seguros: ayer, hoy y mañana. Tampoco está entrenada la gente para manejar el ciclo de 24 horas que se convierte en una espiral rara de comidas fuera de hora todo el tiempo y de ayunos imposibles, sin pausas para actividad física que contribuya a consumir dietas sobrepasadas de carbohidratos y generosas dosis de alcohol inductor del sueño (por decirlo de una manera más o menos civilizada).

Si a todos les pasa eso, con matices, por supuesto, pero con una certeza: esto va a pasar; de hecho, para muchos está pasando, lo que es verificable en el regreso a las actividades laborales.

Educadores, educandos y familias tienen en claro que, después de las vacaciones de julio regresan a las escuelas. Con modalidades diferentes a lo conocido, pero regresan.

¿Y los Adultos Mayores?

-¡Quédense en casa!

Y si esto es todo, tiene sabor a demasiado poco.

¿Y qué se puede hacer?

Mucho más de lo que imaginan los que proponen cosas con empatía cero: no consultan a los mayores y ejercen un paternalismo insoportable, decidiendo y organizando cosas desde su particular perspectiva, considerando que lo que se les ocurre está muy bien y es lo que se puede hacer en las actuales circunstancias.

En los últimos años se ha insistido en empoderar a los Adultos Mayores y Argentina adhirió a la Convención Interamericana de los Derechos Humanos de las Personas Mayores.

Pues bien, salidos de la invisibilidad, después de mucho trajinar, a los Adultos Mayores nos dicen: ¡Quédense en casa!

Ni una consulta; ni una opinión. El único colectivo, el más vulnerable ante el COVID-19, no tiene voz.

En dos meses, lo único que se les ocurre es repetirnos las 24 horas del día «¡Quédate en casa!»

¡Ah, no! A los expertos se les ocurrió la genial idea de hacer videítos caseros de gym para ver por youtube o en las ridículas pantallitas de los celulares vía whatsapp.

¿En serio creen que los Adultos Mayores, van a estar clavados, con dificultades visuales y auditivas, siguiendo rutinas desde esos dispositivos o, en el mejor de los casos, desde una computadora, que tiene el 3 % del universo interesado?

Hay alternativas.

Tres programas semanales de TV de 30 ‘ de duración con lo siguientes temas:
1) Gimnasia para Adultos Mayores. Estoy viendo lo que ofrecen y son para que se descadere un viejo que está solo en su casa,
2) Manualidades/artesanías para hacer en casa.
3) Charlas para mayores: recomendaciones para prevenir enfermedades y cuidarse; recetas saludables y temas de interés.

Objetivos:
1) Estimular el movimiento para lograr que el sedentarismo de meses no cause estragos
2) Promover las actividades manuales y la concentración en acciones de coordinación visomotora, con resultados creativos.
3) Mejorar la dieta, promover la salud y favorecer el cuidado de todas las áreas, en la integridad física y emocional.

También es posible organizar caminatas breves de 30 minutos en grupos, con las medidas de prevención (distancia deportiva), con docentes y en lugares determinados para evitar el contacto directo con otras personas.

Como ven, hay algo más que decir «¡Quédense en casa»!