En la creciente de los últimos días, que fue la confluencia de las verificadas en las altas cuentas de los ríos Iguazú y Paraná, se triplicó el caudal normal de 13 mil metros cúbicos por segundo, ya que los picos se previeron para los 37-39. Lo precisaba el director ejecutivo de la Entidad Binacional Yacyretá Oscar Thomas, quien señaló, además, que durante las jornadas de la crecida la Eby fue monitoreando el comportamiento de las obras costeras realizadas en Posadas, Garupá y Candelaria observando una buena respuesta a un aumento del nivel del embalse que alcanzó los 60 centímetros es decir de 83,20 pasó a 83,80.
Pero además hizo notar que «están estipulados los criterios de operación del embalse en tiempos de crecida. Inclusive con parámetros catastróficos: de acá a 10 mil años con unos 95 mil metros cúbicos por segundo, es decir 8 veces el módulo natural del río. Situación de catástrofe realmente impensada que supondría la desaparición de muchas ciudades a la vera del río, empezando por las de Brasil. Pero adoptar tales previsiones permite actuar con la máxima seguridad».
E hizo notar que indebidamente se habla de represa, cuando, en realidad Yacyretá «no represa las aguas del río Paraná. Es en realidad una presa, que forma como una suerte de embudo para orientar el agua hacia las turbinas y generar así energía».
Se trata de una presa de pasa porque «no podría ser de otro modo ante un río tan caudaloso como el Paraná, en constante circulación y siempre con agua. Lo único que hizo Yacyretá acá en nuestra zona es haber crecido 7 metros el embalse para nivelarlo con Ituzaingó, en los saltos del Apipé. En la central creció 19 metros».
Hizo notar luego las diferentes situaciones respecto de una creciente anterior similar unos 20 años atrás: «estaban 2 mil familias relocalizadas, se operaba con camiones, hubo afectaciones patrimoniales, daño a la salud. Hoy no tenemos todo eso por las protecciones de las costas. En Posadas y Encarnación con 70 centímetros más del nivel del embalse y una revancha de 2 metros y medio».
Thomas apuntó también que otra de las obras que da cuenta de las previsiones tomadas es «el puente sobre el Yabebiry, porque lo hemos subido 8 metros más sobre el nivel del puente anterior. Nos decían por qué lo habíamos elevado tanto y eventos como éstos demostraron la oportunidad de la decisión».
Dijo que en el ’94 se hizo un ajuste fino de las obras «con la modelización hídrica de todo el comportamiento del río. En función de eso se fijaron los niveles de referencia de los puentes y caminos».
Destacó que todo lo contrario ocurre con el puente «Banana» del Piray Guazú porque la crecida del Paraná oficia de tapón para el desagüe de su tributario, generando los inconvenientes que se vieron con la obligada interrupción de la circulación vehicular».