Aproximadamente mil vecinos auto convocados de Puerto Rico expulsó a unos 50 manifestantes de ATE que tomaron el edificio municipal por la fuerza para reclamar la restitución laboral de una de sus delegadas. La toma de la municipalidad se inició aproximadamente a las 7 de la mañana, cuando un grupo de delegados de los Trabajadores del Estado de otras localidades de la provincia, con banderas, bombos y cánticos, ingresaron al edificio municipal exigiendo hablar con el intendente.Los gremialistas ingresaron por la fuerza, agrediendo físicamente al Intendente Federico Neis, al Secretario Privado, Luis Vogel, y al Secretario de Políticas Públicas, Esteban Simon. Además destacaron que no había ningún empleado municipal plegado a esta medida.
Tanto el alcalde como sus funcionarios se mantuvieron dentro de sus oficinas custodiados por la policía y el edificio municipal fue cerrado por cuestiones de seguridad.
Aproximadamente a las 11 de la mañana, un gran número de vecinos cortaron la avenida San Martín frente a la municipalidad en apoyo al intendente Neis y luego se dirigieron al acceso del edificio municipal y comenzaron a golpear los grandes ventanales hasta que lo derribaron e ingresaron como una avalancha expulsando así a los manifestantes que se rehusaban a abandonar la institución. La policía presente en el lugar no pudo evitar que los vecinos se manifestaran y pusieran orden a su manera.
Finalizados los inesperados acontecimientos, Neis salió de su despacho y los vecinos lo recibieron con aplausos manifestándole su apoyo.
Esteban Simon, secretario de gobierno de Puerto Rico relató que «a alas 6,30 hs. irrumpieron el edificio municipal 40 gremialistas de ATE, agredieron al intendente y otros funcionarios, a patadas y con palos, se instalaron en el lugar desalojándolo. La policía nos custodiaba dentro del despacho».
«El pueblo se autoconvocó en defensa del intendente, que se sintió agredido y avasallado, cuando estábamos en plena negociación, vinieron más de 5 mil personas, la gente los desalojó a los de ATE a los empujones, esto marca un antecedente histórico. El pueblo de Puerto Rico es muy pacífico, nosotros sólo queremos trabajar».
