El fútbol misionero fue triste protagonista en la noche de este domingo. En el Clemente A. Fernández de Oliveira se produjeron disturbios entre dos facciones de la barra de Guaraní, que se ubica detrás del arco en la tribuna César Napoleón Ayrault.
Transcurría el segundo tiempo, el equipo de los Zucarelli perdía y no jugaba bien. Por motivos que aún se desconocen dos grupos, mediante golpes de puño y arrojando proyectiles, se empezaron a pelear. El árbitro Nahuel Viñas paró el partido y la policía tuvo que intervenir, separando a los dos grupos de revoltosos.
La policía inmediatamente ingresó a la tribuna y estableció un cordón separando a ambos bandos. La cantidad de violentos no superaba la docena por grupo. Los efectivos dispararon algunas balas de goma para disuadir a los que todavía oponían alguna resistencia.
La barra se terminó retirando del estadio y se ganaron el abucheo del público que masivamente empezó a repudiar esos hechos con el canto: “Que se vayan todos, que no quede, ni uno solo…”.
Al final se reanudó el partido, llegó la tranquilidad a las tribunas pero en el campo de juego era todo nervio hasta que llegó el penal que terminó en gol de Barinaga.