Miles de venezolanos desfilan ante el féretro de Hugo Chávez para darle el último adiós

Miles de personas aguardan en los alrededores de la Academia Militar de Caracas para despedir al fallecido presidente Hugo Chávez, en una fila que se ha mantenido a lo largo de dos jornadas y que desfila ininterrumpidamente ante el féretro.

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En tanto el jefe de la guardia presidencia, el general José Ornella, contó los momentos finales del líder bolivariano. «No podía hablar, pero lo dijo con los labios», aseguró el uniformado.

«No podía hablar, pero lo dijo con los labios: ´Yo no quiero morir, por favor no me dejen morir’, porque él quería a su país, se inmoló por su país». Así vivió sus últimas horas de su enferemedad el presidente venezolano Hugo Chávez, según la versión del jefe de la guardia presidencial, general José Ornella.

Además, indicó que el presidente, quien falleció el martes último, murió a causa de un «infarto fulminante».

El oficial explicó que, a pesar del esfuerzo de los médicos, el cáncer «estaba bastante avanzado».

«Sufrió bastante. Nosotros que estábamos al lado vimos que sufrió mucho esa enfermedad. Y bueno, la historia la escribiremos y algún día alguien escribirá y algún día el médico escribirá», agregó.

Ornella reconoció que desde el pasado 8 de diciembre, cuando Chávez habló al país por última vez para informar sobre la reincidencia del cáncer y que debía someterse a una nueva intervención quirúrgica, «él sabía que después de esa operación había muy poca esperanza que saliera de esa operación».

El jueves miles de personas aguardaban en los alrededores de la Academia Militar de Caracas para despedir al fallecido presidente Hugo Chávez, en una fila que se ha mantenido a lo largo de toda la noche y que desfila ininterrumpidamente ante el féretro.

Ni siquiera durante la noche del miércoles y madrugada del jueves la fila aminoró ni cesaron las consignas que corean los chavistas, quienes cuando por fin llegan a estar frente al ataúd vuelven a entonar sus cánticos, se persignan y llevan su mano derecha al corazón.

En muchos casos, en ese momento límite rompen en llanto, sean hombres o mujeres, jóvenes o adultos, y así, todavía con lágrimas en sus ojos, se retiran de la capilla ardiente luego de haber esperado siete u ocho horas para poder saludar al líder bolivariano.

Los primeros en formar la larga fila que se divisa en las afueras y también dentro del Fuerte Tiuna, el gigantesco y principal destacamento militar del país donde se encuentra la Academia Militar, fueron miles de venezolanos que acompañaron ayer el traslado del féretro desde el Hospital Militar.

El ataúd está abierto para que sus seguidores puedan verle el rostro a la hora de darle el último adiós, pero las fotografías están prohibidas en el lugar.

El Gobierno aún no ha informado dónde será sepultado Chávez, pero en la fila se repiten los reclamos acerca de que debe ir al Panteón Nacional, donde reposan los restos del Libertador Simón Bolívar y otros próceres.

El presidente de la unicameral Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, manifestó su respaldo a esa posibilidad y anunció que desde el Parlamento harán todo lo posible para ello.

La posibilidad de tal honor está reservada para «venezolanos y venezolanas ilustres que hayan prestado servicios eminentes a la República después de transcurridos 25 años de su fallecimiento», dice la Carta Magna, que ordena que tal decisión sea tomada por la unicameral Asamblea Nacional (Parlamento).

Está previsto que el cuerpo de Chávez permanezca en la Academia Militar hasta mañana, cuando se celebrarán los funerales de Estado, en los que está prevista la presencia de la mayoría de jefes de Estado de América Latina y del príncipe Felipe de España.

Chávez falleció el martes a los 58 años como consecuencia de un cáncer con el que batalló durante 20 meses.