Gran Bretaña pide disculpas por “Domingo Sangriento”

El primer ministro de Gran Bretaña, David Cameron, pidió disculpas el martes por el asesinato de parte de tropas británicas de 13 manifestantes en el «Domingo Sangriento» en Irlanda del Norte en 1972, luego de que un esperado reporte dijo que las víctimas iban desarmadas. En una intervención ante el Parlamento, Cameron dijo que las conclusiones muestran de manera inequívoca que no hubo justificación para los disparos sobre los civiles durante una manifestación en defensa de los derechos civiles que tuvo lugar en la ciudad norirlandesa de Londonderry.

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«Lo que ocurrió nunca, jamás, debió haber sucedido (…) Algunos miembros de nuestras fuerzas armadas actuaron erróneamente», agregó el primer ministro.

«Por ello, en nombre del Gobierno, y desde luego de nuestro país, lo lamento profundamente», enfatizó.
Una multitud se congregó en la plaza Guildhall en Londonderry, el lugar donde debía terminar la manifestación de 1972, para ver el comunicado de Cameron en una pantalla gigante. En el momento cuando pidió disculpas, aplaudieron y vitorearon.

El «Domingo Sangriento» cambió el curso de la violencia política y sectaria de Irlanda del Norte que emergió a fines de 1960 y fue conocida como «The Troubles» (Los problemas).

El conflicto dividió a los nacionalistas, la mayoría Católicos, que querían separarse y pasar a ser parte de la República de Irlanda, frente a los unionistas, gran parte de ellos protestantes, que querían mantenerse como parte del Reino Unido.

El domingo 30 de enero de 1972, paracaidistas británicos abrieron fuego sobre una manifestación no autorizada que reclamaba el cumplimiento de los derechos civiles en el Bogside, un barrio fervientemente nacionalista de lo que ellos llaman Derry.

Como consecuencia murieron 13 personas, todos católicos desarmados, y otras 14 resultaron heridas, una de los cuales murió después.

Los asesinatos llevaron a cientos de nuevos voluntarios a unirse a la campaña violenta del ilegal Ejército Republicano Irlandés (IRA por su sigla en inglés), que luchan con bombas y atentados contra el dominio británico. No fue sino hasta 1998 cuando fue alcanzado un acuerdo de paz en Irlanda del Norte.

Después del discurso de Cameron, emocionados familiares de las víctimas se dirigieron a la multitud en Londonderry. Uno de ellos rompió una copia del desacreditado informe oficial de 1972 que exoneró a los paracaidistas y que ahora ha sido calificado de encubrimiento.

«La gran mentira ha quedado a la vista. La verdad por fin se ha traído a casa», expresó ante los vítores de los congregados Mickey McKinney, cuyo hermano Willie fue uno de los muertos.

Con unos 500 muertos, 1972 fue el año más violento del conflicto en Irlanda del Norte.

El informe tardó 12 años en elaborarse y es el más caro de la historia legal británica, con un costo estimado de unos 200 millones de libras esterlinas (unos 293 millones de dólares)

La investigación estuvo dirigida por el juez británico Lord Saville y tomó en cuenta 2.500 testimonios entre 1998 y el 2004. El informe fue consecuencia de una promesa del entonces primer ministro Tony Blair en un momento en el que intentaba obtener el apoyo de los católicos para lo que fue el Acuerdo de Viernes Santo.

Pero críticos temen que reabrir las heridas 38 años después pueda causar problemas en el difícil proceso de paz norirlandés y que muchas familias traten de juzgar a los soldados. Esto sería polémico, ya que muchos de los asesinos de ambos bandos quedaron en libertad como parte de los acuerdos de paz de 1998.