Estados Unidos envió un portaaviones hacia Corea del Sur para continuar con los ejercicios militares conjuntos en el Mar Amarillo, un día después de que Norcorea bombardeara una isla cercana a su disputada frontera marítima. Paralelamente, el miércoles se hallaron los cuerpos sin vida de dos civiles en la isla atacada el martes, según informó la agencia de noticias Yonhap. Se trata de las primeras víctimas civiles del ataque, que costó la vida a otros dos soldados surcoreanos.
«Aunque las maniobras ya estaban previstas con anterioridad al ataque (de ayer), éstas demuestran la fortaleza de la alianza de ambos países», afirmó el gobierno de Estados Unidos a través de un comunicado, según informó la agencia de noticias DPA.
Los ejercicios militares que comenzarán el domingo, agrega la notificación, subrayan el «compromiso (de Estados Unidos) con la estabilidad en la región a través de la disuasión».
El presidente estadounidense, Barack Obama, telefoneó previamente a su homólogo surcoreano, Lee Myung Bak, a quien expresó su solidaridad.
Según la agencia de noticias surcoreana Yonhap, China fue informada al respecto.
El portaaviones «USS George Washington», una nave con capacidad para transportar 75 aviones y 6.000 efectivos, partió de la base japonesa de Yokosuka, según informó la fuerza naval a través de un comunicado.
Estos ejercicios conjuntos fueron los que, según Pyongyang, suscitaron el ataque a la isla surcoreana de Yeonpyeong, ubicada en esas aguas, al considerar que estaba siendo objeto de una ofensiva de su vecino.
La escaramuza comenzó cuando Corea del Norte conminó a Corea del Sur a detener ejercicios militares que realiza en el área de la disputada frontera marítima occidental, dijeron autoridades militares surcoreanas.
Cuando las fuerzas de Corea del Sur se negaron y comenzaron a disparar proyectiles hacia las aguas en disputa, lejos de las costas norcoreanas, el norteño país comunista bombardeó con artillería la isla que alberga bases militares y una población civil, dijeron las fuentes.
En otro orden, el Comando de Naciones Unidas en Corea del Sur (UNC) reclamó hoy conversaciones militares de alto nivel entre Seúl y Pyongyang para rebajar la situación de alta tensión.
El comandante de la UNC Walter Sharp condenó lo ocurrido y apremió a Corea del Norte a frenar los «ataques no provocados» y cumplir con el acuerdo de armisticio alcanzado tras la guerra coreana de 1950-1953, según despacho de la agencia alemana DPA.
«Estas acciones amenazan la paz y la estabilidad de toda la región», dijo Sharp.
El Comando de la ONU pidió conversaciones oficiales con el Ejército norcoreano «para iniciar un intercambio de información y reducir la (tensión) de la situación».
Sharp anunció además una investigación para determinar si el ataque del martes violó el acuerdo de armisticio.
