En los últimos seis años 228 industrias se radicaron en Misiones

Más de 200 pidieron permiso para asentarse en la ciudad de Posadas. Las restantes lo hicieron en los municipios de Eldorado, Garupá, Santa Ana y Puerto Iguazú, entre otras localidades.

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El subsecretario de Industria, Héctor Rodríguez, precisó que de las 228 industrias que solicitaron su habilitación: 210 la hicieron para asentarse en Posadas; tres en Eldorado; la misma cantidad en Garupá; dos en Santa Ana; dos en Puerto Rico; una Puerto Iguazú e igual número en los municipios de Andresito, Candelaria, Los Helechos, Leandro N. Alem, Wanda, Aristóbulo del Valle y Colonia San Alberto.

Rodríguez señaló que la foresto industria representa el rubro más importante y el que mayor mano de obra genera en la provincia. Dijo que el mismo emplea de manera directa a alrededor de 10.000  personas distribuidos estas entre los 740 aserraderos y laminadoras que existen en Misiones.

De estás más de 700 industrias, 400 se encuentran en la zona Centro, según el censo 2010 elaborado por la subsecretaría de Desarrollo Forestal.

En segundo lugar ubicó a la industria yerbatera con 240 secaderos y 40 molinos. Este rubro genera de manera directa unos 4500 puestos de trabajo.

«Ambas industrias (la forestoindustria y la yerbatera) tienen hacia atrás de la cadena, es decir hasta llegar a la materia prima, una multiplicación por tres de puestos indirectos», destacó.

Por otra parte, y en línea con las afirmaciones del titular de la Dirección General de Rentas, Miguel Thomas, Rodríguez coincidió con el concepto de que en la última década Misiones comenzó a transitar lentamente por la senda de la industrialización.

«El camino para el desarrollo de la provincia viene de la mano de la industrialización y el agregado de valor de la materia prima que se produce en nuestro territorio. Eso genera un círculo virtuoso en la economía y da sustento al desarrollo local, a la par que genera una masa crítica de personas que se van especializando, que con incentivo desde el sector público podemos hacer que sean agentes de cambio en innovaciones de procesos y productos para que el capital utilizado sea menor por unidad producida y esa renta diferencial genere desarrollo económico sustentable», explicó.

Y agregó que «hoy la forestoindustria y la industria yerbatera llevan la delantera en volúmenes de producción y facturación, pero también son importantes la tealera y la citrícola, al igual que la almidonera que va creciendo en la medida que el producto va ganando mercados mediante la incorporación de tecnología».

«Un párrafo aparte merece la incipiente industria frigorífica y láctea que van acompañando el esfuerzo del Gobierno que desde el 2005, plan ganadero mediante, comenzó a incentivar el crecimiento del rodeo vacuno y lo mismo sucede con el sector porcino que está en la búsqueda de agregado de valor de la mano del aumento del consumo que se viene observando año tras año», remarcó.

Reglón seguido advirtió que «una materia pendiente es la de una fuerte inversión en la cadena de valor avícola, ya que las cuencas productivas establecidas están funcionando muy bien. El consumo de pollos misioneros es alto por la calidad de los mismos y es el momento de crecer en escala, pero para eso se necesitan fuertes inversiones en todos los eslabones de la cadena de valor».