Caso Noble: juez ordenó pericia sobre muestras de los hijos de la dueña de Clarín

La juez federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado ordenó un examen pericial para determinar si las muestras de sangre y saliva tomadas en diciembre pasado a los hermanos Felipe y Marcela Herrera Noble sirven para realizar estudios de ADN que establezcan si son hijos biológicos de desaparecidos. Se trata de una «medida preliminar» dispuesta por la magistrada, en el marco de la cual no habrá cotejos con las muestras del Banco sino que sólo se establecerá si las muestras de sangre y saliva entregadas voluntariamente el 29 de diciembre pasado por Felipe y Marcela Herrera Noble son viables todavía, al igual que elementos personales secuestrados en un allanamiento hecho un día más tarde, según la resolución suscripta hoy a la que accedió Télam.

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La orden implica que deberá verificarse si se puede obtener un perfil genético de ambos hermanos y si «corresponden a la misma persona» y «de ninguna manera» las muestras deberán ser depositadas en el Banco que funciona en el hospital Durand, sino que tendrán que analizarse de manera aislada para luego entregar resultados en el juzgado.

A partir de este análisis, la magistrada resolverá luego si ordena el cruce con las muestras existentes de familiares de víctimas de la última dictadura que dieron a luz en centros clandestinos de detención y cuyos hijos biológicos son buscados por abuelos, tíos o hermanos.

Además, Arroyo Salgado ordenó al jefe de la división Investigaciones Metropolitanas de la Policía Federal que abra un sumario interno para determinar eventuales responsabilidades de efectivos que participaron de un operativo para secuestrar prendas a los Noble hecho en mayo pasado y que se frustró por contaminación de distintos perfiles genéticos, hasta de personas de sexos opuestos.

La fiscal del caso, Rita Molina, había presentado un escrito a la magistrada donde le reclamaba «pronto despacho» relativo a ordenar el uso de estas muestras o bien disponer la obtención de nuevos elementos para practicar los estudios.

Por su parte, el abogado Pablo Llonto -querellante por una de las dos familias presentadas en la causa, los Lanouscou- había solicitado una nueva citacion urgente para convencerlos de someterse a una nueva extracción o bien una medida compulsiva prevista en la ley.

Lo mismo en este último punto habían solicitado las Abuelas de Plaza de Mayo, también querellantes en la causa que intenta determinar si los hermanos fueron apropiados durante la última dictadura militar y entregados de manera ilegal a Ernestina Herrera de Noble.

«Por parte de la familia que represento no estamos satisfechos, habíamos pedido que los citará urgente o los convenciera u otro allanamiento, no queremos ni estamos de acuerdo en que se usen muestras de sengre obtenidas ante el Cuerpo Mëdico Forense, por desconfianza», apuntó Llonto a Télam.

Las muestras a las que alude Arroyo Salgado en su resolución fueron obtenidas por el anterior juez del caso, Conrado Bergesio, para ser comparadas con las dos familias querellantes, como querían los Herrera Noble.

Bergesio fue apartado de la causa por la Cámara Federal de San Martín y esas muestras permanecieron en una caja fuerte de su juzgado hasta que fueron secuestradas por Arroyo Salgado meses atrás.

La comparacion con sólo dos familias querellantes en la causa fue objetada por Abuelas, que logró ampliar el objeto procesal para determinar si los hermanos pueden ser hijos biológicos de alguna de las detenidas desaparecidas en general y buscados por sus familias de sangre, en base a centenares de muestras depositadas en el Banco Nacional de Datos Genéticos del hospital Durand.

Arroyo Salgado tomó la decisión de ayer tras el fracaso de un operativo, hecho en mayo pasado, donde secuestró ropa que los hermanos habían llevado puesta a una audiencia donde intentó convencerlos en vano de entregar muestras de manera voluntaria.

El Banco Nacional de Datos Genéticos determinó que la ropa estaba contaminada con distintos perfiles géneticos, de diferentes personas y sexos, incluída la vestimenta interior, lo que llevó a pensar a los investigadores en la posibilidad de estar ante un hecho intencional.