En el INTA Montecarlo y el Campo Anexo Manuel Belgrano (San Antonio), se encuentran la mayor diversidad genética de Araucaria angustifolia en Argentina y las principales investigaciones en mejoramiento genético de pinos, recursos estratégicos para el sector forestal y la conservación ambiental. El valor económico de esas tierras es invaluable por el costo de la superficie y por el trabajo genético realizado allí.
En Misiones hay un trabajo de investigación único en el país en las estaciones experimentales agropecuarias del INTA Montecarlo y el Campo Anexo Manuel Belgrano, en San Antonio, donde se alberga la mayor diversidad genética de Araucaria angustifolia de Argentina y las principales investigaciones sobre especies de pinus con programas de mejoramiento genético.
Este trabajo de extensión y vinculación con el sector privado y productivo, tiene por objetivo principal de producir semillas mejoradas, donde se instaló el primer huerto semillero clonal de A. angustifolia del país, por ejemplo, una especie en peligro de extinción y Monumento Natural de la provincia.
Este legado de décadas en investigación forestal hoy estaría en riesgo. En San Antonio se resguarda más de 50 años de trabajo de investigación y conservación de especies endémicas de la Selva Paranaense y en el desarrollo de material genético de alta calidad.
El Campo Anexo en San Antonio cuenta con una superficie de más de 2.000 hectáreas de araucarias nativas, además de un vivero, huertos semilleros, y una valiosa colección de material genético de especies introducidas, como el género Pinus. Este material, en parte, proviene de la ex empresa PECOM Forestal (ex Petrobras), adquirido por Arauco Argentina SA para investigación y transferencia tecnológica a productores locales, según dictaminó la Oficina de Defensa de la Compentencia al autorizar la venta de los activos en 2004.
Historia de protección y desarrollo
En 1946 el Estado Nacional inicia actividades para proteger esta especie, y mediante el decreto PEN 25.870 que data de 1948, creó un área de más de 2.000 ha con araucarias en San Antonio (Noreste de Misiones) denominada “Reserva Forestal”.
Con el propósito de promover la investigación silvícola en este predio, se implantó, entre fines de la década de 1940 hasta mediados de 1950, una superficie aproximada de 400 ha con semillas de araucaria provenientes principalmente de orígenes locales. Posteriormente, en 1986 el estado de la provincia de Misiones declaró “Monumento Natural Provincial” a la araucaria a fin de lograr su preservación, conservación y reproducción para evitar su extinción.
En 1991, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) se hizo cargo de la administración de la “Reserva Forestal” con el objetivo de utilizarla como un área de investigación para el manejo, la conservación in-situ y la producción de semillas de araucaria, denominándola “Campo Anexo Manuel Belgrano” (CAMB).
La Estación Experimental Agropecuaria del INTA en Montecarlo inició actividades de selección, instalación de pruebas de progenie y áreas clonales que cumplirán el rol de huerto semillero y a la vez de banco de conservación.
Los objetivos principales del programa de conservación y mejoramiento son: la generación de poblaciones base para futuros ciclos de mejora, conservación de recursos genéticos in-situ y ex-situ y la obtención de material de propagación mejorado para la generación de futuras plantaciones.
Como primera etapa, en 2011 se inició un proceso de selección en las 440 ha de plantaciones utilizando como criterios de selección la variabilidad genética de los rodales, características de crecimiento, rectitud de fuste y sanidad. Finalmente, fueron seleccionados 233 individuos, con una proporción similar entre machos y hembras.
Además de las selecciones realizadas en el CAMB, el programa incluye 17 individuos superiores seleccionados en plantaciones comerciales de más de 50 años pertenecientes a de empresas locales. Esta población seleccionada superó a la población base en casi un 50% en crecimiento en diámetro, obteniendo una ganancia aproximada del 22% para este carácter.
Con el fin de obtener valores de mejora de los individuos femeninos seleccionados, en 2012 y 2014 se recolectaron semillas cuyo destino fue la instalación de ensayos a campo. Hasta el presente, se instalaron 3 ensayos de progenies, que contienen 44 selecciones, algunas de ellas se encuentran presentes en más de un ensayo.
El primer ensayo se instaló en 2013 en el CAMB con 11 progenies, mientras que los dos restantes se implantaron en 2015 con 34 progenies, en el CAMB y 28 en Paraje Mado (Eldorado, Misiones). Los objetivos principales de estas pruebas son conservar la variabilidad genética disponible y fomentar los cruzamientos para la generación de nueva variabilidad, siendo una de las bases para el mejoramiento de la especie.
Los individuos que constituyen este huerto corresponden a los mejores individuos femeninos y masculinos de una selección fenotípica, que incluye todas las selecciones realizadas hasta el presente. Este huerto también cumple la función de un banco de conservación para la especie, donde 462 rametos de 64 genotipos correspondientes a individuos masculinos y femeninos fueron llevados al campo.
Los injertos se hicieron con brotes de ramas primarias con tendencia ortotrópica y la técnica utilizada fue de inserción apical en patrones de 2 años. Estos injertos fueron llevados al campo para su establecimiento en 2015 y 2016 en el CAMB.
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El anuncio de ajustes y la eventual venta de activos del INTA generó alarma en la comunidad científica y el sector forestal. La pérdida de estos recursos estratégicos implicaría un retroceso de décadas en mejoramiento genético y conservación, con un impacto económico y ambiental significativo.
Según fuentes consultadas por ArgentinaForestal.com, «el INTA Montecarlo debería adquirir este material mediante un fideicomiso con el sector foresto-industrial. De lo contrario, volveríamos a un escenario de 20 años atrás, con una concentración del desarrollo genético en pocas manos».
Otras voces de alerta trascendieron, como la del docente de la Facultad de Ciencias Forestales de la UNaM, Marcelo Marek, quien expresó en redes sociales su preocupación por el posible desuso del Campo Anexo de San Antonio tras 55 años de actividad. Según el especialista, la pérdida de huertos semilleros de F2 impactaría en la producción de semillas de alta calidad, dejando al sector forestal a merced de pocos oferentes privados.
«Es una pena que tantos años de investigaciones queden en la nada. Visité el campo experimental muchas veces, desde que era estudiante, y conservo los mejores recuerdos de lo aprendido allí. Este lugar es fundamental para la investigación forestal y la conservación de araucarias nativas», comentó Marek.
La incertidumbre sobre el destino de estas estaciones experimentales pone en riesgo un patrimonio invaluable para la conservación de la biodiversidad y el desarrollo del sector forestal argentino. Universidades, organismos locales y especialistas llaman a proteger estos recursos, fundamentales para garantizar la sostenibilidad de los ecosistemas y la competitividad del sector en el país.
El decano y vice decano de la Facultad de Ciencias Forestales, Fabián Romero y Diego Broz -respectivamente- emitieron un comunicado con la posición oficial de la casa de estudios, ya que también advierten de las intenciones de desmantelamiento y venta de inmuebles, patrimonio y tierras del organismo, estas últimas de alto valor para la conservación (como el caso del Campo Experimental Forestal Manuel Belgrano, de más de 2000 has, ubicado en San Antonio, Misiones) o para la implementación de ensayos, de profunda importancia para el desarrollo de la seguridad alimentaria y la producción foresto industrial de Misiones.
La Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) expresó su enérgico rechazo a las políticas de ajuste que afectan al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y otras instituciones estratégicas. Las autoridades de la facultad, subrayaron la relevancia del trabajo articulado entre la UNaM y el INTA, destacando los aportes fundamentales del organismo en ciencia, apoyo técnico, vinculación tecnológica y extensión rural.
“Desde nuestra experiencia, reivindicamos el papel clave que el INTA ha tenido en el desarrollo del sector agropecuario, tanto a nivel nacional como regional. Su rol estratégico está en riesgo debido a estas medidas que, lamentablemente, se suman a los ataques sufridos por Universidades Nacionales, el CONICET, el INYM y los trabajadores de la Agricultura Familiar. Este último sector ya enfrentó el desmantelamiento de su principal organismo técnico en el marco de un plan de ajuste y exclusión”, afirmaron los referentes académicos.
Además, cuestionaron las declaraciones del vocero presidencial, calificándolas como un intento de disfrazar despidos y recortes bajo el término “modernización”. Señalaron que estas acciones afectan principalmente al personal altamente capacitado, formado en su mayoría en universidades públicas, y representan una amenaza para sectores como la agricultura familiar.
“La agricultura familiar es responsable del 80% de los alimentos producidos a nivel mundial y en nuestra provincia reúne más de 24.000 unidades productivas. Su rol es esencial en cadenas productivas clave como la yerba mate, el té, el tabaco, la horticultura y los cultivos forestales. Estas medidas no solo menosprecian su importancia, sino que comprometen la seguridad alimentaria”, puntualizó el decano, Fabián Romero. (Patricia Escobar – MOL)