Tras la derrota de Boca con Olimpo, Falcioni pende de un hilo

Boca Juniors, con el regreso de Juan Román Riquelme, acentuó anoche su crisis al caer sin atenuantes y por 2-0 como local ante Olimpo de Bahía Blanca, el nuevo líder del torneo Clausura de fútbol de primera división.

 Los goles del partido, arbitrado por Héctor Baldassi y válido por la sexta fecha del certamen, fueron de Martín Rolle, a los 39m de la etapa inicial; y por Julio Furch, a los 44m del complemento.

Con la victoria, Olimpo, que le ganó a Boca por primera vez en la historia (hasta aquí acumulaba ocho derrotas y cinco empates), llegó a los 13 puntos y no sólo quedó como único líder del certamen, sino que también salió de la zona de promoción del descenso a la Primera B Nacional, a la que cayó All Boys.

Olimpo esperó unos minutos para analizar qué diferencias tenía este Boca con Riquelme al visto en las fechas pasadas, sin el 10. Y tuvo pronto la respuesta: muy pocas.

Así que los bahienses sumaron tranquilidad a su prolijidad inicial, se recostaron cerca de su área, dejaron el manejo de la contra en los pies del lúcido Rolle y, de a poco, con Maggiolo en el ataque, se fueron acercando hasta el arco de Javier García.

Un tiro de Bareiro y otro del propio Rolle, ambos bien resueltos por el arquero de Boca, fueron las primeras aproximaciones; y más tarde llegó al gol, con una gran asistencia del enganche que Maggiolo convirtió en ventaja para Olimpo pero que Baldassi, a instancias de Javier Uziga, anuló por off side inexistente.

Unos minutos después, de todos modos, se hizo justicia. Martín Aguirre envió un centro cruzado, Bareiro bajó la pelota y Rolle, entrando de derecha a izquierda, la cruzó para batir a García.

nopasanadaconriquelmeBoca, impotente, con las pocas luces ofrecidas por Riquelme, para colmo conmocionado por la lesión de Erviti, respondió con poco: un tiro libre del propio Román que se fue apenas desviado. Y se salvó por poco antes del descanso, con otro tiro desde lejos de Rolle que García desvió con esfuerzo por arriba del travesaño.

Boca volvió mejor del entretiempo. Riquelme también. Y generó varias chances ante Laureano Tombolini: entre la eficacia del arquero y los desaciertos de los rivales (mano a mano de Palermo, mano a mano de Colazo, cabezazo de Insaurralde), Olimpo pudo sin embargo conservar la diferencia a favor, pasar la tormenta.

De todas maneras, y en comparación con lo sucedido en los partidos anteriores, los 25 minutos del comienzo de la segunda etapa fueron de lo mejor de Boca en el campeonato y, esta vez sí, creó opciones en el arco del contrario.

Para ello contribuyó Riquelme. Adentro, con su fútbol aun a cuentagotas; y afuera, porque su presencia amplió la paciencia de la gente y la predispuso, al menos hasta allí, más al aliento que al insulto. En ese clima de apoyo el equipo eligió mejor los caminos y tuvo algo más de intensidad en sus ambiciones ofensivas.

Pero en eso se agotó Boca, que encontró alguna insinuación pero ninguna respuesta contundente a sus dudas futbolísticas, al final se fue con reprobaciones de sus hinchas («a ver, a ver los jugadores si pueden oír, con la camiseta de Boca ganar o morir»), y dejó en la cuerda floja a su DT, Julio César Falcioni.

Y Olimpo, prolijo, se llevó por primera vez los tres puntos de la Bombonera, encontró la puerta de salida del laberinto de la promoción y el bonus track: la punta en soledad en el Clausura.

El entrenador Julio Falcioni en la noche del domingo evitó todo contacto con los periodistas, los futbolistas se retiraron sin hablar en forma pública y la Doce rodeó el micro para dejar en claro su profundo malestar por el nuevo revés de Boca Juniors, en la ocasión 2-0 ante Olimpo en La Bombonera, por la sexta fecha del torneo Clausura.

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Falcioni desestimó salir por la puerta principal, a sabiendas de que lo aguardaban los periodistas para conocer sus expresiones tras otro resultado y desempeño frustrante del equipo xeneize, el que dejó el campo de juego en medio de una reprobación e insultos lanzados en forma masiva.

Por su parte, los futbolistas mantuvieron la boca cerrada mientras se dirigían hacia el micro.

El delantero Lucas Viatri, quien no estuvo ni en el banco de suplentes debido a que se recupera de una lesión de rodilla, se fue aplicanzo un portazo, fastididado por la racha de resultados negativos, de la que no consiguen salir ni con la reaparición del talentoso aramdor Juan Román Riquelme, quien ante los sureños regresó la formación titular.

Los que sí se expresaron fueron los integrantes de la barrabrava de Boca, porque en la tribuna gritaron que por la camiseta había «que matar o morir» y porque una vez terminado el partido le rodeadon el micro a los jugadores, reiterando enfáticamente su desaprobación por esta campaña decepcionante.