El presidente estadounidense, Barack Obama, recibió al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y le pidió «dar más tiempo a las sanciones» para frenar las ambiciones nucleares iraníes, pero el premier hebreo no dio señal alguna de descartar la opción militar.
Ambos gobernantes, reunidos en la Casa Blanca, intentaron presentar una imagen monolítica frente a la crisis nuclear iraní, a pesar de que sus declaraciones públicas revelan crecientes diferencias sobre la forma de evitar que Irán desarrolle su programa atómico.
En el encuentro -según los analistas uno de los más trascendentales de los líderes de Estados Unidos e Israel en años- Obama y Netanyahu no mencionaron los desacuerdos persistentes ni los temores de Washington de que Israel pueda atacar sitios nucleares de Irán en los próximos meses.
El mandatario estadounidense aseguró a Netanyahu que su país mantiene abierta la opción militar contra Teherán y que apoyará a Israel en un eventual conflicto, pero también reclamó paciencia por parte del país hebreo para permitir que «las sanciones y la diplomacia hagan su trabajo», informó la cadena CNN.
En respuesta, Netanyahu aludió al derecho israelí a ser «dueño de su destino», y advirtió a las potencias occidentales que no caigan en una «trampa» de dejar a Teherán gane tiempo.
El encuentro entre ambos líderes se considera crucial para preservar la confianza de entre Estados Unidos y su principal aliado en Medio Oriente, que teme que el tiempo se acaba para acabar con las pretensiones nucleares de Teherán.
En breves declaraciones a la prensa antes del comienzo de la reunión, Obama afirmó que su país «siempre guardará las espaldas de Israel» en lo que se refiere a la seguridad de la nación judía.
Si bien una eventual conflicto con Irán es un tema recurrente en el tablero diplomático internacional de los últimos años, desde el inicio de 2012 el tono de las declaraciones aumentó sensiblemente, e Israel está impaciente por acabar con las aspiraciones nucleares iraníes.
Estados Unidos, Israel y la Unión Europea (UE) dicen que Irán quiere dotarse de armas atómicas, pese a que Teherán insiste en que su programa nuclear tiene fines exclusivamente civiles.
Tel Aviv teme que los proyectos nucleares de Teherán se encuentren en una fase irreversible y apuesta por la vía militar para neutralizar dichas aspiraciones.
El domingo, Obama ya había elevado el tono de sus declaraciones contra Irán al asegurar que su país apoyará a Israel en un eventual conflicto contra la República Islámica y que «no dudará en usar la fuerza».
En un discurso en la conferencia anual del Comité de Acción Política Americano-Israelí (AIPAC), el principal grupo de presión judío en Estados Unidos, Obama subrayó sin embargo que Teherán «todavía está a tiempo de elegir la vía diplomática para resolver la crisis nuclear».