El gobierno y los insurgentes sirios fueron acusados por cometer crímenes de guerra

Un informe de las Naciones Unidas acusó a ambas partes de cometer asesinatos, torturas, violencia sexual y ataques indiscriminados. El organismo instó a un acuerdo negociado que respete a las minorías.

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Insurgentes sirios detonaron este miércoles un camión bomba en Damasco y atacaron la embajada iraní y la jefatura de gobierno, mientras que un bombardeo de la aviación mató a varias personas en el norte del país y la ONU acusó a ambas partes en conflicto de «crímenes de guerra».

En Ginebra, una comisión independiente del Consejo de Derechos Humanos de la ONU dijo que tanto el gobierno del presidente Bashar Al Assad como los insurgentes que quieren derrocarlo por las armas cometieron «crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad» durante el conflicto de 17 meses que desangra al país árabe.

Según un informe publicado este miércoles por la comisión, existen «motivos razonables» para concluir que el gobierno y su milicia, los shabijas, cometieron asesinatos, torturas, arrestos arbitrarios, violencia sexual, ataques indiscriminados, saqueo y destrucción de la propiedad.

Los rebeldes armados que combaten al gobierno cometieron también numerosos crímenes de guerra, incluidos asesinatos y torturas, aunque no «han alcanzado la gravedad, la frecuencia y la escala» de los abusos cometidos por el Ejército, señaló la comisión, presidida por el brasileño Paulo Pinheiro.

La comisión dijo que «la mejor solución» al conflicto «es un acuerdo negociado que implique un diálogo incluyente y significativo entre todas las partes».

Más temprano, en tanto, un avión de la Fuerza Aérea siria bombardeó la norteña localidad siria de Azaz, cercana a la frontera con Turquía, y mató a entre 20 y 30 personas, según dijeron el grupo opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) y fuentes médicas locales, informó la cadena CNN.

El avión de combate sobrevoló la ciudad y disparó «primero contra un coche y luego contra varios edificios que se desplomaron» reportó un testigo citado por CNN.

Un comandante rebelde, Ahmed Ghazali, dijo al canal de TV libanés Al Jadeed que siete rehenes libaneses que están cautivos de insurgentes sirios resultaron heridos en el ataque en Azaz.

Además, otros cuatro miembros del grupo de 11 peregrinos libaneses secuestrados por los rebeldes en mayo murieron este miércoles en un bombardeo de las fuerzas del gobierno en Alepo, dijo el comandante rebelde Mohamed Nur a la televisión libanesa LBC1.

El OSDH, que cifra en más de 23.000 las víctimas fatales desde que comenzó la guerra, dijo que al menos 88 personas murieron este miércoles en todo el país, y otras 160 el martes.

En Damasco, en tanto, al menos tres personas resultaron heridas por la mañana al estallar un camión bomba cerca de un hotel donde se alojan observadores de la ONU, en un atentado al parecer dirigido contra un edificio del Ejército ubicado en la misma zona de la capital, según informó la TV estatal siria.

La televisión oficial mostró los daños provocados en un edificio, donde equipos de bomberos trabajaban para apagar las llamas. El explosivo estaba oculto en un camión cisterna en un estacionamiento, dijeron autoridades.

El opositor Ejército Libre de Siria (ELS) reivindicó el ataque y aseguró que el mismo constituyó «una respuesta a los asesinatos cometidos por las fuerzas de seguridad en todo el país», dijo un portavoz militar al canal de TV qatarí Al Jazira.

El vicecanciller sirio, Faisal al Mokdad, dijo en el lugar de la explosión que no hubo heridos entre los observadores de la ONU, y  afirmó que el ataque fue «obra de terroristas que intentan desestabilizar Siria», en línea con la postura que mantiene el gobierno sobre la oposición desde el inicio del levantamiento.

El 18 de julio, otro atentado con bomba de la insurgencia mató a cuatro miembros de la cúpula de seguridad del país, entre ellos el ministro de Defensa y un cuñado del líder Bashar al Assad.

Horas después de la explosión de este miércoles, también en Damasco, la oposición armada atacó la embajada iraní y la oficina del primer ministro, según informó el OSDH, que dijo que el Ejército respondió a esos ataques enfrentándose con los rebeldes.

«Los combates tuvieron lugar en el barrio de Mezze, después de que los rebeldes atacaran el complejo de la embajada y las oficina del primer ministro con granadas», informó el grupo, citado por la agencia de noticias DPA.

La continua violencia ocurrió luego de que la la Organización para la Cooperación Islámica (OCI) comenzara a discutir en su cumpre de La Meca sobre una probable suspensión de la membresía de Siria.

Un borrador de la declaración final citado por el diario saudita «Al Hayat» califica al gobierno sirio de «ilegítimo» y reclama al gobierno «detener inmediatamente» el uso de la violencia y las violaciones de los derechos humanos.

La OCI está conformada por 57 países islámicos.

Para suspender la membresía de Siria se necesita una mayoría de dos tercios, que se da por descontada. Arabia Saudita, que apoya a los rebeldes sirios, domina el organismo.

En la cumbre participa sin embargo también el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, el mayor aliado regional de Al Assad.