La Defensoría del Pueblo de CABA publicó el costo de la Canasta de Consumo para Adultos Mayores. El gasto diario se situó en $42.601 para una pareja, con $398.889 mensuales solo en servicios del hogar (luz, agua, expensas), sin contemplar el costo de un alquiler completo o impuestos si son propietarios.

El indicador se calcula a través del Sistema de Canastas de Consumo e incorpora rubros fundamentales como alimentación, medicamentos, servicios del hogar, vestimenta, esparcimiento, bienes personales y equipamiento doméstico.

Detalle de la Canasta: servicios y salud al límite

El costo total de $1.278.026 para una pareja de adultos mayores implica un gasto diario de $42.601. La composición del presupuesto revela la enorme presión de los gastos fijos:

El rubro más costoso es Alimentos, con $480.445.

Le sigue el rubro Servicios del Hogar, que alcanza los $398.889.

Los Bienes Personales suman $198.891.

Y Salud (Medicamentos) requiere $144.134.

El informe subraya que el rubro Servicios del Hogar ($398.889) incluye luz, gas y expensas. Esto significa que esta cifra representa el costo de servicios y mantenimiento, sin contemplar la carga económica de un alquiler o hipoteca completa, lo cual subraya el alto impacto que tienen las tarifas en el presupuesto de un jubilado, incluso en aquellos que son propietarios de su vivienda.

Adicionalmente, el organismo detalló que una persona mayor de 75 años que vive sola necesitó $704.600 mensuales para cubrir sus gastos, equivalente a $23.487 diarios.

La jubilación mínima, una cifra residual

La Defensoría del Pueblo pone en evidencia la dramática disparidad:

La jubilación mínima, que en ese período ascendía a $410.879,59 (incluyendo el bono), apenas cubre el 32% del valor de la canasta de una pareja. En otras palabras, los ingresos del haber mínimo no alcanzan a cubrir ni siquiera los rubros de Alimentación y Servicios del Hogar combinados.

En este contexto de emergencia, el Índice de Precios de Medicamentos (IPM) también mostró una suba del 1,7% en octubre, con picos en psicofármacos (+2,4%), complicando aún más el acceso a los tratamientos de salud que requiere la población de la tercera edad.