Argentina / Economía | Crisis en la mesa misionera: Consumo de carne se derrumbó más de un 26% en el último año

La recesión económica ha impactado de lleno en los hábitos alimenticios de los hogares, obligando a un cambio brutal en la mesa. Un reciente informe del Instituto Provincial de Estadística y Censos (IPEC) de Misiones reveló un dato demoledor: la venta de carnes en supermercados se hundió un 26,3% interanual a precios constantes en julio de 2025. Este retroceso, el más pronunciado entre todos los productos relevados, confirma que los misioneros han debido resignar el alimento central de la dieta argentina por una crisis que ya no solo ajusta lujos, sino que ataca la canasta básica.

El dato es una cruda radiografía del deterioro del poder adquisitivo. La combinación de la inflación persistente, la recesión y la caída del empleo ha transformado a la carne en un bien inaccesible para un vasto sector de la población. La gente compró más de una cuarta parte menos de carne que en el mismo mes del año anterior. Esta contracción forzada se traduce en un cambio profundo y doloroso, donde la estadística oficial simplemente refleja el vaciamiento progresivo del plato cotidiano.

Una Caída Generalizada que Revela la Profundidad de la Crisis

La hecatombe en el rubro cárnico no es un hecho aislado. El informe del IPEC muestra que el consumo total en supermercados de Misiones retrocedió un 6,2% interanual a precios constantes. La facturación subió un 16,1% solo por el efecto de la inflación, lo que significa una realidad ineludible: se pagan productos más caros mientras se consume una cantidad significativamente menor.

La recesión impactó con dureza en varios rubros esenciales. Además de carnes (-26,3%), la crisis golpeó severamente a:

Alimentos preparados y rotisería: -28,4%

Panadería: -19,4%

Lácteos: -16,1%

Artículos de limpieza y perfumería: -9,5%

Bebidas: -6,3%

El gráfico muestra la caída en varios rubros debido a la crisis económica que ya se torna insostenible.

Este derrumbe transversal evidencia que las familias están recortando gastos en productos elaborados y semielaborados (panadería, rotisería) y, lo más crítico, sustituyendo alimentos de alto valor nutricional, como carnes y lácteos.

La Estrategia de la Subsistencia: Arroz y Verduras

Frente a la crisis, los misioneros se vieron obligados a implementar una estrategia de subsistencia que se refleja en los pocos rubros que sí crecieron. Los rubros que lograron escapar a la caída fueron: verdulería y frutería (+16,9%), y almacén (+7,3%), que incluye productos básicos como arroz, fideos, azúcar, enlatados y harinas.

La explicación es contundente: las familias están sustituyendo alimentos caros por productos más económicos y de primera necesidad. El plato se llena con más carbohidratos baratos y verduras de estación, mientras el acceso a la proteína animal de calidad se restringe. Paradójicamente, el otro rubro que creció, aunque por motivos diferentes (compras puntuales o de reposición), fue electrónicos y artículos para el hogar (+17,2%).

Una Resignación Forzada que Destruye el Poder Adquisitivo

El colapso en el consumo de carne expone la brutal pérdida de poder adquisitivo de los salarios y las jubilaciones frente a una canasta básica que no detiene su escalada. Comer un 26% menos carne no es, en absoluto, una elección cultural o dietética: es una resignación forzada por un bolsillo que se desangra mes a mes.

El escenario de Misiones es el reflejo del estado de la economía real argentina: con salarios que pierden sistemáticamente contra la inflación, un empleo informal en retroceso y un deterioro constante de las jubilaciones. La caída del consumo de carnes es, en definitiva, el indicador más claro de que la crisis ha alcanzado el corazón de los hogares, afectando no solo la economía, sino la calidad de vida y la nutrición de la población.