A pesar de que las ventas acumuladas en lo que va del año 2025 muestran un crecimiento del 6,2% respecto al año pasado, el deterioro es evidente, con una caída del 2,2% en la comparación mensual desestacionalizada.
El panorama para los comercios minoristas es desalentador. La incertidumbre macroeconómica, la presión impositiva y las dificultades de financiamiento están impactando directamente en la planificación de stock, inversiones y precios.
Este escenario ha forzado a las empresas a adoptar estrategias defensivas, centrándose en la venta de productos esenciales en volúmenes reducidos. La dependencia de las promociones es tal que se observa un uso extendido de descuentos y planes de pago como herramientas para incentivar el consumo, un signo claro de que el poder adquisitivo de los consumidores se encuentra debilitado.
La situación es tan crítica que el 55% de los comercios relevados por CAME afirma que sus ventas se mantuvieron igual que el año anterior, mientras que un preocupante 35% (cinco puntos porcentuales más que el mes anterior) indicó que la situación empeoró.
A pesar de esta realidad, una leve mayoría, el 49%, mantiene la esperanza de que la situación mejorará en el próximo año, aunque la cantidad de comerciantes que creen que empeorará creció al 9%. La crisis no distingue entre rubros; la mayoría de los sectores, salvo farmacia, experimentaron caídas significativas, como Bazar (-10,4%) y Perfumería (-8,9%).
El informe de CAME resalta que, si bien fechas comerciales como el Día del Niño aportaron algo de movimiento, los resultados fueron dispares y no lograron revertir la tendencia a la baja.
Además, se evidenció que las compras se concentraron en el canal presencial, mientras que la participación de las ventas en línea fue muy baja. Este comportamiento del consumidor, junto con la caída en las ventas intermensuales en casi todos los rubros, demuestra que la crisis ha llegado a un punto en que los consumidores solo gastan lo indispensable y cuando encuentran una oferta o plan de pago atractivo.
En conclusión, la caída de las ventas minoristas es un síntoma inequívoco de la crisis que atraviesa la economía, bajo la conducción de Javier Milei, donde las familias se ven obligadas a restringir su consumo y los comercios a depender de promociones para sobrevivir.
La situación actual, lejos de mostrar una recuperación sostenible, refleja una economía estancada en la que el consumo se deteriora mes a mes, y en la que la incertidumbre es la norma.