En un reflejo brutal de la crisis económica que azota a la Argentina, el gobierno de Misiones ha tomado una medida desesperada: suspender por segunda vez en el año el cobro de intereses por mora en la Verificación Técnica Vehicular (VTV). La decisión, dispuesta por Resolución Nº 784, congela el recargo del 35% que iba a aplicarse desde diciembre, reconociendo que la espiral recesiva y el desplome del salario real de las familias han convertido al cumplimiento de una obligación esencial en un lujo imposible.
Esta suspensión excepcional, que ocurre en medio del avance político del libertarismo con el presidente ultraderechista Javier Milei a la cabeza, es la clara demostración de que la crisis es tan profunda que las herramientas estatales se ven obligadas a ceder ante la necesidad social.
De la Mora al Olvido: Una Medida con Fecha de Vencimiento Indefinida
La medida anterior, que ya había sido postergada, buscaba incentivar el cumplimiento, pero chocó de frente con la realidad. Los intereses suspendidos elevaban el costo del trámite a cifras prohibitivas: la VTV para un auto, que hoy cuesta alrededor de $54.600, hubiera superado los $73.000 con el recargo del 35%.
El ingeniero Carlos Dip, responsable de la planta VTV El Saimán, ya había alertado sobre el altísimo nivel de incumplimiento, que «ronda el 40%» de los conductores, muchos de los cuales llegan con «meses o años de vencimiento». En un contexto de salarios estancados, este recargo era una barrera insalvable.
El Gobierno provincial ha calificado la suspensión de los intereses como «transitoria y excepcional» para «facilitar el acceso al control técnico obligatorio» y evitar que la economía termine de socavar la seguridad vial. Sin embargo, dado el sombrío panorama económico—que se agravará con una nueva actualización de tarifas de VTV estimada entre el 25% y 30% para enero de 2026—, es más que probable que esta suspensión se vuelva permanente, quedando en la nada y siendo el reconocimiento tácito de que la gente ya no tiene recursos.
El Desastre en el Límite del Estado
La necesidad de suspender costos punitorios en servicios esenciales es un síntoma del fracaso de las políticas de ajuste extremo y de la falta de un plan que proteja el ingreso real.
El Ministerio de Gobierno admite en su resolución que si bien el recargo era razonable en un contexto estable, “las condiciones económicas actuales obligan a revisar mecanismos que […] hoy generan efectos adversos para los hogares”.
Este recule del Estado misionero ante la imposibilidad de recaudar es una advertencia. El dejar avanzar la ideología libertaria—que prioriza el ajuste fiscal sobre el bienestar y el funcionamiento básico del sistema—está dando graves consecuencias sociales. Cuando una obligación vital para la seguridad vial, como la VTV, se vuelve impagable, se demuestra que la crisis ha superado los límites de la racionalidad y pone en riesgo la vida de los ciudadanos.
La suspensión de los intereses es, en esencia, una medida de emergencia social, un parche desesperado para garantizar que los vehículos circulen al menos con una mínima seguridad técnica, en un país donde la economía ya no da para más.

