Argentina / Misiones / Salud / Opinión | Ley de Alzheimer: que no caiga en el olvido

Por Ley XVII-106, impulsada por el entonces presidente de la Legislatura, el ex gobernador Carlos Eduardo Rovira, sancionada en 2018, se creó el Programa Alzheimer Misiones para la detección temprana, tratamiento, rehabilitación y asistencia integral a personas con esta enfermedad y a sus familiares cuidadores: Sin dudas ha sido una iniciativa magnífica. Es una pena que siete años después siga sin ser reglamentada, lo que hace inviable su aplicación.

La ley de Alzheimer en Misiones es la Ley XVII-106, sancionada en 2018, que crea el Programa Alzheimer Misiones para la detección temprana, tratamiento, rehabilitación y asistencia integral a personas con esta enfermedad y a sus familiares cuidadores. La provincia buscaba con esta ley mejorar la calidad de vida de los pacientes, promoviendo también la concientización y el diagnóstico precoz.

De hecho, la referida ley instituye el 21 de septiembre de cada año como “Día Provincial de Concientización y Lucha contra el Alzheimer”, en consonancia con lo establecido por la Ley Nacional N.º 26.925.

Objetivos de la Ley XVII-106
✔Sistema Integral de Salud:
Establecer un sistema provincial de salud dedicado a la prevención, detección, tratamiento y rehabilitación de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias.
✔Asistencia Integral:
Brindar asistencia integral a las personas que padecen la enfermedad y apoyo a sus familiares y cuidadores.
✔Concientización y Detección:
Promover acciones de concientización sobre la enfermedad y la importancia de la detección temprana para mejorar la calidad de vida.
✔Investigación y Rehabilitación:
Fomentar la investigación y el desarrollo de tecnologías de rehabilitación neurológica para monitorear y ajustar tratamientos.
Puntos clave de la implementación
✔Día Provincial:
La ley instituyó el Día Provincial de Concientización y Lucha contra el Alzheimer, que se conmemora el 21 de septiembre, para visibilizar la enfermedad y sus desafíos.
✔Centros Especializados:
Se planificó la creación de Centros Especializados de Estimulación Avanzada (CEEAA) en diferentes localidades de la provincia para brindar asistencia y rehabilitación.
✔Avances Tecnológicos:
Misiones ha avanzado en la incorporación de equipamiento de última generación, como el sistema PET/TC, que ayuda en el diagnóstico de enfermedades neurológicas, posicionando a la provincia a la vanguardia en la región.

Expuesta de este modo, la Ley (un instrumento similar no logra destrabarse en la Cámara de Diputados de la Nación -hay un proyecto del diputado Facundo Manes-) es ejemplar; sobre todo porque Misiones integran un lote de apenas un par de provincias que ha sancionado una legislación de ese tenor.

Alejandro Miravet -Diplomado en Asistencia Gerontológica Integral – SAGG/Psicología-UBA- señala que la importancia de reglamentar la ley se refleja en los siguientes datos.
Según la OMS, en América del Sur crecerán los casos en un 300 por ciento para 2040.
Detalles sobre la prevalencia en Argentina:
Es cierto que los datos estadísticos son muy variables, pues oscilan entre 300.000 casos y 500.000 personas, aunque el Instituto Leloir, que desarrolla un programa de investigación establece esa cifra en 400 mil.
La enfermedad afecta principalmente a personas de más de 65 años y hay una tendencia en aumento:
La expectativa de vida más alta a nivel mundial provoca un incremento en la prevalencia de esta enfermedad neurodegenerativa.
Actualmente no existe una cura para el Alzheimer, aunque hay medicamentos e intervenciones que pueden ayudar a controlar los síntomas.
Los especialistas hacen hincapié en la detección temprana de la enfermedad para poder intervenir y controlar su progresión, además de buscar factores de riesgo modificables.
El diagnóstico de Alzheimer tiene un fuerte impacto en el entorno familiar y social de la persona, que enfrenta cambios en el comportamiento y la capacidad para realizar tareas cotidianas, por lo que un paciente de Alzheimer afecta seriamente a los cuidadores directos (una o dos personas) y al grupo cercano.
El Alzheimer impacta en la familia provocando un desgaste emocional, económico y social debido a la carga del cuidado, la alteración de la dinámica familiar, el aislamiento del cuidador y el cambio en la relación con el enfermo. Las familias deben afrontar la pérdida del ser querido que conocen, la necesidad creciente de ayuda para el cuidado, las dificultades para mantener la vida social y laboral, y el estrés financiero que puede derivarse de los gastos.
Pese a los siete años transcurridos desde su sanción y promulgación, no hay fuerza en el mundo que mueva a los burócratas de Salud Pública para que reglamenten la ley, una suerte que también corre la de Parkinson, sancionada hace más de cuatro años. Solo Dios sabe por qué no lo hacen.
Ya es tiempo de poner manos a la obra y que ambas leyes sean reglamentadas a más tardar para junio de 2026, de manera que puedan ser incluidas para su aplicación el presupuesto de 2027. No hacerlo es un despropósito mayúsculo, desmerece la labor del diputado Carlos Rovira, autor de ambas iniciativas, y produce un impacto económico negativo para el servicio de salud al requerir más prestaciones específicas al enfermo y sus cuidadores que van presentando patologías emergentes, aunque no asociadas al Alzheimer.
Enlace a la Ley XVII-106  para entender mejor su relevancia y lo importante que es no demorar su reglamentación.

El Alzheimer es una enfermedad en desarrollo en todo el mundo, pero principalmente en los países del tercer mundo. En Argentina, desafortunadamente, no existen estadísticas oficiales.

Un mal global
Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, en las próximas décadas la región que más envejecerá será América del Sur. El número de personas con demencia a escala mundial en 2001 se estimaba en aproximadamente 24.300.000 de casos, proyectándose que en 2020 se llegará a 42.300.000 de casos, y en 2040 a aproximadamente 81 millones.

La prevalencia media de demencia en mayores de 65 años en Sudamérica es del 5,3 %, siendo un 60% de los mismos personas con Alzheimer y un 30%, con demencia vascular. Además, la incidencia anual de demencia en la región es de 9,2 casos por mil habitantes.

Las características principales del mal
Los pacientes de Alzheimer suelen presentar de manera característica olvidos para hechos recientes reiterados, lo que los lleva muchas veces a repetir algunas preguntas o conceptos varias veces en el día. Esta situación suele preocupar a las personas del entorno más cercano de la persona afectada. Asimismo, suelen manifestar con el tiempo problemas en el lenguaje, en la orientación, en la capacidad de organizarse o en la comprensión y análisis de distintas situaciones.

Si bien el envejecimiento y la enfermedad de Alzheimer en su inicio comparten el olvido, la pérdida de memoria que se puede observar es diferente. En los habitualmente llamados ‘olvidos benignos’ normales del envejecimiento, lo que el sujeto suele olvidar son parte o detalles de situaciones, como por ejemplo el nombre del actor de una obra de teatro a la que asistió. Estos hechos suelen ser recordados fácilmente al aparecer ayudas externas como claves y suelen mantenerse estables con el correr del tiempo.

¿Qué hacer ante síntomas?
Ante la sospecha o preocupación de que esté ocurriendo un cambio en alguna de las funciones mentales superiores mencionadas, por ejemplo memoria, orientación, capacidades en el lenguaje o síntomas en la conducta, es importante realizar una consulta a un neurólogo con experiencia en este tipo de problemas.

Es el profesional interviniente quien en la consulta formulará preguntas, realizará diferentes pruebas y de ser necesario solicitará estudios complementarios (laboratorio sanguíneo, imágenes del cerebro, evaluación neurocognitiva), procurando arribar a un diagnóstico de lo que está ocurriendo, y también el que, de ser necesario, iniciará un tratamiento específico adaptado a cada tipo de situación.

Tratamientos
Pese a que hay muchos estudios de investigación en curso, lamentablemente no existen hasta el momento tratamientos curativos para esta enfermedad. De todos modos, si bien aún no se puede curar el Alzheimer se lo puede tratar, y para estos sí existen muchas herramientas disponibles, ya sea usando medicamentos o adaptando el entorno del paciente.

Los tratamientos farmacológicos específicos disponibles en la actualidad para la demencia por Alzheimer incluyen medicamentos que demostraron mejorar algunos aspectos cognitivos, conductuales y funcionales en estos pacientes.

Entre ellos se mencionan los inhibidores de la enzima colinesterasa (donepecilo, rivastigmina y galantamina) y los antagonistas de unos receptores cerebrales para el glutamato llamados NMDA (memantine). De manera complementaria, algunos estudios recientes sugieren que la estimulación cognitiva puede también tener beneficios en esta población.

Hay terapias no farmacológicas para el Alzheimer, que incluyen estrategias como la estimulación cognitiva, la actividad física, la musicoterapia, la terapia de arte, y la estimulación multisensorial, que buscan mejorar la calidad de vida del paciente y enlentecer el deterioro. También se abordan la dieta y el sueño adecuados, así como las intervenciones psicosociales que promueven la socialización y el bienestar emocional.

Un enfoque integral del paciente afectado y de su entorno permite mejorar la condición física, mental y social de toda la familia involucrada en esta enfermedad.