Argentina / Sociedad / Judiciales | Violencia en la Estudiantina de Posadas: La Justicia identificó a responsables

El Ministerio de Educación de Misiones confirmó que los responsables de los graves hechos de violencia que empañaron la previa de la Estudiantina de Posadas ya fueron identificados. Se trata de un grupo reducido de jóvenes que, con actos como el lanzamiento de una bomba molotov y destrozos en las "chanchas" (tambores), generaron preocupación en toda la sociedad. Con los involucrados ya a disposición de la Justicia, la atención se centra ahora en la fecha de inicio de la tradicional fiesta y en la resolución de fondo del conflicto.

Emilia Lunge, directora de Políticas Estudiantiles, destacó que estos incidentes no representan a la gran mayoría de los estudiantes que buscan vivir una fiesta en paz. «Por suerte son unos pocos, que están identificados y todo está a disposición de la Justicia», afirmó la funcionaria, quien añadió que estos hechos «incurren en un hecho delictivo» y por ello requieren investigación judicial.

Más allá de la vía judicial, cada institución educativa aplicará sus propios procesos disciplinarios. Las sanciones podrían definirse en el Tribunal de Disciplina o ser resueltas directamente por las escuelas, en un proceso que busca sentar un precedente claro.

Lunge valoró positivamente el compromiso de los estudiantes con la convivencia y el rechazo a la violencia. Señaló que la Estudiantina debe ser una fiesta de la familia y de los jóvenes, un espacio de convivencia y celebración. La sociedad en su conjunto, y en particular los padres, esperan una solución que vaya más allá del evento en sí, abordando el problema de la violencia juvenil que se manifiesta en este tipo de celebraciones.

Para fortalecer el espíritu de la Estudiantina, el Ministerio de Educación impulsó talleres de reflexión en las escuelas, que —según Lunge— han mejorado la convivencia entre los estudiantes. La funcionaria adelantó que se evalúan nuevas iniciativas, como actividades de convivencia entre escuelas y un mayor trabajo con los padres, para asegurar que la celebración sea un espacio de encuentro y no de conflicto.