Argentina / Educación / Sociedad | Misiones prepara protocolo con 5 fases para combatir la violencia digital en escuelas

Misiones dio un paso firme en la protección de su comunidad educativa con el lanzamiento del borrador del Protocolo para la Prevención, Detección y Actuación ante Riesgos y Violencias Digitales. Esta nueva herramienta de 13 secciones busca reforzar la seguridad de estudiantes y docentes frente a desafíos como el ciberacoso y el grooming, según informó Alejandra Pacheco, directora de TIC del Ministerio de Educación. El documento transforma los esfuerzos previos en un mecanismo operativo con responsables, plazos y resguardos probatorios, aplicable incluso cuando los hechos ocurran fuera del ámbito escolar si impactan a la comunidad.

El borrador detalla un «manual de campo» que pasa de la prevención a la intervención penal, con un fuerte anclaje legal que incluye la Ley Olimpia y la Ley de Grooming. Fija pautas específicas de acción para cada delito.

La clave: un procedimiento de 5 fases y marco legal integral

El protocolo es el resultado del trabajo coordinado entre la Vicegobernación, el Ministerio de Educación, Silicon Misiones, la Fiscalía de Ciberdelitos y la Policía, entre otros organismos. Su principal fortaleza reside en la secuencia procedimental estandarizada para todas las instituciones, que se articula en cinco fases de intervención:

  1. A) Detección y primera atención: Identificación de alertas (cambios de conducta, aislamiento) y primer contacto empático.
  2. B) Registro y primeras acciones: Apertura de expediente, recolección de evidencias (capturas, enlaces) y medidas de seguridad digital.
  3. c) Evaluación técnica y derivación: Intervención de especialistas TIC, contención psicológica y derivación a Fiscalía o Cibercrimen cuando corresponda.
  4. D) Intervención y acompañamiento: Abordaje educativo, restaurativo y guía a familias.
  5. E) Cierre y evaluación: Informe final y ajustes institucionales.

El documento cataloga explícitamente las problemáticas a tratar: ciberacoso, grooming, sexting, difusión no consentida de imágenes, sextorsión, phishing y retos virales peligrosos, entre otros.

Pautas de acción inmediata y vía de denuncia

Uno de los puntos más relevantes del protocolo es que «aterriza» la acción requerida ante cada modalidad, especificando los pasos de preservación de evidencia, contención y vías de denuncia.

Ante difusión no consentida y sextorsión, la instrucción es no borrar pruebas, reportar para la baja del contenido y activar las Líneas 102 (si hay menores) o 144 (violencia de género), además de la denuncia penal.

En casos de grooming, el protocolo advierte que es delito (art. 131 CP) y exige no borrar chats, bloquear al acosador y denunciar al Ministerio Público Fiscal o a la Línea 137.

El ciberbullying/flaming debe abordarse pedagógicamente, pero si existen amenazas, se requiere la derivación penal.

Frente a estafas o phishing, se recomienda el uso de doble autenticación y la denuncia ante Cibercrimen o el reporte en argentina.gob.ar/ciberseguridad.

Anclaje legal e institucionalización

El borrador se apoya en un andamiaje legal robusto, que incluye leyes nacionales como la Ley Olimpia (27.736), la Ley de Grooming (26.904), la Ley Mica Ortega (27.590) y la Ley de ESI (26.150), además de adherir a estándares internacionales como el Convenio de Budapest. Esta coherencia legal busca eliminar «zonas grises» en la intervención, dando prioridad a la confidencialidad, inmediatez y no revictimización.

Para su implementación, cada escuela deberá institucionalizar el protocolo: aprobarlo en la autoridad competente, incluirlo en el PEI y en los Acuerdos de Convivencia, abrir canales oficiales de denuncia (correo/formulario) y sostener capacitación permanente. Se exige el uso de fichas estandarizadas (notificación, intervención, seguimiento) y sistemas de resguardo seguro de documentación, con acceso restringido en respeto a la Ley 25.326 de Datos Personales.

La directora Pacheco anunció que el borrador está abierto a sugerencias durante el mes de octubre. Tras el proceso administrativo, que incluirá una resolución ministerial y la adhesión del Consejo de Educación y el SPEPM, la implementación formal está proyectada para el ciclo lectivo 2026.