Argentina / Economía / Política | Fin del INyM: Milei sentenció la muerte del pequeño productor yerbatero de Misiones

Pese a las reiteradas súplicas del gobernador Hugo Passalacqua desde hace casi dos años para que los libertarios no eliminen el Instituto Nacional de la Yerba Mate llegó el día de su final. El último mazazo del presidente ultraderechista Javier Milei finalmente llegó. En medio de esta situación, el sector en particular y la sociedad misionera observa un silencio atronador de los funcionarios provinciales, temerosos de comprar una pelea con los libertarios, aun cuando se trata de defender a los miles de pequeños productores misioneros. El panorama al corto plazo es horrible, chacras abandonada y productores en pobreza total. El INYM nunca tuvo capacidad de regular precios en góndola, sí buscaba acordar, entre todos los sectores, el valor de la materia prima (hoja de yerba).

Mediante la publicación del Decreto 812/2025 en el Boletín Oficial, el Ejecutivo nacional dio el golpe de gracia a la capacidad reguladora del organismo, prohibiéndole taxativamente dictar normas o establecer cualquier intervención que «distorsione» la oferta y la demanda.

Contexto de la Desregulación: La Sentencia Definitiva

Esta medida no solo consolida la eliminación de la potestad para fijar precios —iniciada con el DNU 70/2023 en diciembre de 2023—, sino que obliga al INYM a desmantelar en 30 días toda su normativa vigente que contravenga la «libre competencia».

El golpe es total, pues se ataca el corazón del espíritu fundacional del Instituto. El diputado y ex presidente del INYM, Juan José Szychowski, recordó que el espíritu de la ley era precisamente equilibrar la oferta y la demanda para evitar caídas abruptas de precio y garantizar la previsibilidad. Regulaciones como la Resolución 170, que limitaba las nuevas plantaciones, nunca fueron una prohibición total, sino una herramienta para permitir la renovación de los yerbales (hasta cinco hectáreas) y evitar una sobreoferta descontrolada por parte de grandes jugadores que podrían amenazar el negocio.

Ahora, con el Decreto 812/2025, el Gobierno nacional despojó al Instituto de estas herramientas esenciales que le permitieron, durante 20 años, darle «racionalidad» y equilibrio a la cadena productiva.

El artículo 8° del reglamento del INYM fue sustituido por un texto lapidario que impide cualquier intromisión en el mercado: el Instituto solo podrá focalizarse en la «verificación de calidad». Para completar el esquema, se derogaron diez artículos del reglamento original (del 9° al 19°), pulverizando atribuciones fundamentales para el ordenamiento del sector.

El ultraderechista de Milei justificó la decisión en la necesidad de “alcanzar una administración pública al servicio de los ciudadanos en un marco de eficiencia, eficacia y calidad”. Sin embargo, la realidad que golpea a los yerbales es devastadora: los precios que el INYM estaba dando sobre la materia prima eran de referencia nada más, ya que en la práctica se pagaban menos de la mitad y el organismo no podía forzar su cumplimiento. Ahora, sin siquiera la referencia de un costo mínimo, la situación es insostenible.

Las Voces de la Crisis:

La primera reacción vino desde el corazón político de Misiones. El gobernador Hugo Passalacqua utilizó sus redes sociales para manifestar la profunda preocupación del Estado provincial:

«Ante las nuevas medidas oficializadas hoy por el Gobierno nacional en torno al INYM, nos sentimos en la obligación de reiterar nuestro llamado de atención sobre los riesgos de mayor concentración en el sector. Es, fue y será siempre nuestra prioridad cuidar a toda la familia yerbatera: productores, tareferos, cooperativas e industrias. Solo un mercado equilibrado garantiza que todos puedan vivir de su trabajo».

El mandatario advierte lo que toda la cadena teme: que la eliminación de la regulación favorezca a los grandes jugadores, acelerando la desaparición del pequeño y mediano productor.

En medio de la crisis, el Diputado Szychowski se convirtió en la voz más fuerte, lamentando la falta de acción del Gobierno nacional, que aún no ha designado al nuevo presidente ni a su representante en el directorio:

«La verdad es que el gobierno nacional tiene que nombrar el presidente, hasta ahora no lo nombró… Tendría que completar justamente a los directores. Somos 12 en total los directores del INYM y falta que la Nación nombre a su representante y no lo nombra.»

Esta parálisis institucional, sumada a la desregulación, deja al Instituto como una cáscara vacía, sin conducción política ni herramientas para responder a la emergencia. Szychowski destacó el valor del INYM como el único «ámbito de debate» y consenso que nuclea a todos los eslabones de la cadena.

La Cifra de la Miseria: El Grito del Productor

El impacto de la desregulación en el bolsillo del eslabón más débil es dramático. Ángel Ozeñuk, representante de los productores yerbateros de San Vicente, encendió las alarmas al confirmar una caída de ingresos del 50%.

«Esta medida golpea al sector. No podemos estar peor. Ahora los productores nos sentimos más que defraudados, porque necesitamos un respaldo que nos proteja. […] De estar cobrando 390 a 400 pesos en abril del año pasado, ahora estamos recibiendo entre 180 y 200 pesos. Es insostenible. Hoy el productor no debería cobrar menos de 400 pesos.»

El ex presidente del INYM, Juan José Szychowski, completó el panorama con cifras que exponen la inviabilidad del negocio: el último costo de estructura del INYM arrojaba un valor cercano a los $450 el kilo de yerba verde, mientras que la última zafra se terminó pagando entre $250 y $300. Es decir, ni siquiera se cubre el costo de producción.

Un Pronóstico Desolador: El Abandono de las Chacras

Ya no hay esperanza de salvar a los miles de pequeños productores de Misiones. Los análisis son unánimes: con precios que no cubren los costos y la suba constante de insumos como el gasoil, la desregulación llevará inevitablemente al abandono de los yerbales, la venta de las chacras y la profundización de la crisis en toda la cadena productiva.

Szychowski advierte que esta medida ultraliberal y las desregulaciones abruptas solo «profundizarán» la crisis, afectando desde el cosechero hasta la industria y consumando el fin de un eslabón productivo fundamental para la economía regional.