Argentina / Economía | Patentes vs. Exportaciones: El costo oculto del pacto comercial con EE. UU.

El gobierno del presidente ultraderechista Javier Milei está a punto de sellar un acuerdo comercial con Estados Unidos, una negociación que promete bajas arancelarias para productos argentinos estratégicos, pero que exige a cambio una dolorosa concesión: el pleno respeto a las leyes de patentes norteamericanas. La opacidad del proceso es total. Funcionarios libertarios confirmaron al medio iProfesional que, aunque se avanza, rige un estricto acuerdo de confidencialidad que impide adelantar detalles, una condición que solo incrementa la alarma en sectores productivos clave de Argentina.

La Exigencia de Washington: El Informe 301

El eje de la controversia es el compromiso de Argentina de cumplir con las demandas contenidas en el Informe 301 del Representante Comercial de EE. UU. (USTR). Este duro informe, que ubicó a Argentina en la «lista de vigilancia prioritaria», exige:

Vigencia de la Ley de Patentes: Revertir la situación generada por resoluciones de 2012 (Gobierno Kirchner) que anularon la protección a patentes extranjeras de medicamentos y agroquímicos, lo que permitió a laboratorios nacionales comercializar copias.

Combate a la Falsificación: Terminar con la venta de marcas falsificadas en centros comerciales informales como La Salada y Once, y luchar contra la piratería informática.

Adhesión al PCT: Adherir al Tratado de Cooperación de Patentes (PCT), un acuerdo internacional que agiliza el proceso de registro, del cual Argentina se ha mantenido al margen.

La delegación argentina, que incluye a funcionarios alineados con la postura de desregulación de Federico Sturzenegger, se dirige a Washington con el objetivo de firmar el pacto y establecer un cronograma de cumplimiento para los puntos del Informe 301.

El Dilema del Costo: ¿Qué Implica Ceder a EE. UU.?

La decisión de Milei de «respetar irrestrictamente la propiedad», según lo expresado ante el Council of Américas en Nueva York, parece haber inclinado la balanza a favor de EE. UU. Esto plantea un escenario con claros ganadores y perdedores a nivel local:

Ganadores Potenciales: Los sectores de exportación (petróleo crudo, vino, miel, langostinos, madera, etc.) que hoy enfrentan aranceles del 10% (o hasta 50% para aluminio y acero) verían un camino más llano hacia el mercado estadounidense. También se destrabarían inversiones norteamericanas en minería, energía e infraestructura, paralizadas por la incertidumbre jurídica.

Perdedores Potenciales: El principal opositor es la industria farmacéutica nacional (laboratorios de CILFA), que se beneficia de la normativa actual para producir medicamentos genéricos a menor costo. Aceptar el Informe 301 implicaría una suba inmediata en los precios de numerosos medicamentos y agroquímicos, ya que los laboratorios extranjeros (CAEME) recuperarían el monopolio de la patente, golpeando directamente el costo de vida y la producción agrícola.

La tensión es sorda: mientras que la Cancillería minimiza las exigencias hablando de una «alianza estratégica», la «letra chica» del acuerdo —oculta bajo confidencialidad— definiría si la apertura comercial a EE. UU. se logra a costa de la industria farmacéutica nacional y de un impacto directo en el bolsillo de los consumidores argentinos.